Una cita con @GalianaRgm: «¿Quieres conocerme?»

Tras las vacaciones de Navidad, espero que este sea tu año, regreso con nuevos relatos.

¿Conocemos a las personas con las que tratamos o simplemente están ahí como los pañuelos para usar y tirar?

¿Quieres conocerme?

Soy sin lugar a dudas un superviviente en un mundo plagado de miopes. Miopes que se creen importantes sólo porque llevan lentes. Cristales graduados sin los cuales serían incapaces de moverse por la vida, a los que no dan el valor ni el lugar que les corresponde porque jamás se han visto sin ellos. Ya, ya me gustaría ver qué sucede si les faltaran cuando la solución a una rotura no fuera tan sencilla como abrir un cajón y sacar un par de gafas nuevas e incluso ordenar a otra persona que haga ese gesto por ellos.

En su mundo ellos tienen poder, lo saben, lo usan a su antojo. Yo juego en su mundo porque soy el emperador, no un rey, el emperador.

Mi problema, a pesar de ser dueño de un imperio, es que soy más de revoluciones, así es complicado sentarse a dirigirlo con un cetro y una corona porque no soy de los que se dejan engatusar y absorber por este tipo de cosas. Cierto que el poder atrae, embriaga, emborracha. Muchos no saben que al final si te dejas atrapar te acaba por distraer. Hay que estar hecho de otra pasta para decirse cada mañana que uno no ha llegado tan alto escalando para acabar sucumbiendo ante una imbecilidad de las que tanto abundan. El poder viste mucho, por el mismo hay quien moriría y mataría también. Esa nunca fue mi debilidad, quien quiera entrar en esa guerra que se arme de paciencia, aquí se viene con la mente muy fría y la temperatura de la sangre en la justa medida para poder mantener la distancia.

Yo en esto de las distancias me manejo mucho mejor en las cortas, es ahí donde me hago inolvidable.

Inolvidable, esa es la palabra correcta y que más se ajusta para definir mi perfil. No te confundas, cuanto más me aleje más tiendo a difuminarme, no como el horizonte, no es esa especie de desvanecimiento del que estoy hablando. Me refiero a algo físico, conmigo la distancia en cuanto a unidad de medida nunca es lo más interesante. Me echarás de menos siempre que yo lo decida, no cuando tú quieras, vivo de eso.

De mí te puede interesar que no creo en el futuro, ni en lo que está por venir. El presente es lo que me importa, el aquí, el ahora.

No me pidas que te presente a mis amigos de la infancia, ni que te hable de ellos, no conservo ninguno. Los recuerdos son solo eso, están donde tienen que estar, en el pasado. Cuanto más lejos mejor, no hay razón para traerlos a colación. La vida es hoy, y la oportunidad que tenemos de vivirla es el presente.

Oportunidad y oportunismo no es lo mismo, empiezan con la misma letra, el significado no es ni parecido.

Soy de los que aprovechan las oportunidades que me ofrece la vida, sí, sin lugar a dudas, si no fuera por eso no estaría aquí. Soy oportunista, también, sería estúpido negar la evidencia. ¿Y qué? ¿Desde cuándo serlo es un delito? A todo aquel que me señala por ello le pregunto si distingue entre ser oportunista y la falta de compromiso. Yo me comprometo con una causa hasta que la causa me deja de interesar, en ese momento me voy porque hasta donde yo sé nada es eterno. ¿No será que al darnos cuenta de lo breve que es todo hacemos un drama para tener una excusa tras la que escondernos?

Tal vez mi mayor atractivo esté en que vivo sin hacer un drama de nada, los aborrezco. Ahora bien, no te confundas, tampoco hago de cada minuto una comedia, simplemente aprieto el botón de vivir la vida procurando hacer que la de los demás sea algo mejor.

Soy serio o divertido según el momento que corresponda.

Me he corrido alguna que otra juerga que no debería, como cualquiera. He consumido alguna que otra sustancia no muy legal de esas que todo el mundo ha probado alguna que otra vez y nadie reconoce haber consumido, no es algo que deba ser anotado en ningún expediente secreto. Soy un hombre de muchos secretos y también de mucho carácter.

Mi carácter me ha hecho estar más de una vez en alguna lista negra, éstas se hicieron para que yo apareciera en ellas. Por decir cosas como estas me he granjeado fama de narcisista, lo cual jamás me he importado lo más mínimo, suelen calificarme así los cretinos, más por envidia que por tener criterio.

Este narcisismo, del que no renegaré nunca, me ha llevado a determinados lugares donde he alternado y alterado tanto con hombres como con mujeres porque sí, mi bisexualidad ha escandalizado a esta sociedad pacata e hipócrita en la que vivo. La misma que no me perdona mis, digamos, peculiaridades en público aunque le aporte la elegancia y el glamur que desean en privado. En privado, aunque creen que no lo sé, con su lengua viperina me despellejan con calificativos que ni las clases sociales más barriobajeras se atreverían a pronunciar por groseros.

Tengo, según mi partida de nacimiento, algo más de medio siglo de vida, y no revelaré la edad exacta porque es una indiscreción que no viene a cuento. Mi cirujano plástico, mi entrenador personal, me hacen parecer más joven, la genética también ayuda, aún así no caigo en la tentación de quitarme veinte años, eso se nota mucho y al espejo hay que engañarle lo justo.

Si me pides que sea cantante no te preocupes, no voy a dejarte en evidencia porque he estudiado con los mejores maestros de canto, tampoco lo haré si tengo que ser actor. Modelo desde los catorce, así que tablas tengo unas cuantas. Bailo todos los estilos, puedes elegir el que más te guste. Te daré conversación de todo tipo y en seis idiomas.

Mi tarifa no está al alcance de cualquiera. Me dedico a la prostitución. Si puedes pagar mis servicios ya sabes cómo contactar conmigo.

Galiana

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About Galiana

Escritora, bloguera, podcaster, enamorada de todo lo que huele y sabe a Cultura
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