Las personas tenemos momentos claves a lo largo de nuestras vidas, lo importante es vivir el momento.

Vivir el momento

Estoy en ese momento que para quienes ven el vaso medio lleno uno está en lo mejor de la vida, por el contrario para quienes lo ven medio vacío es el peor.

Hay quienes afirman, con total rotundidad, que entras en la edad de la sabiduría. También hay quienes defienden que es tan sólo de la locura y el sinsentido.

Para muchos una etapa donde todas tus creencias se transforman en incredulidad. Las luces se van apagando poco a poco, sientes como la oscuridad se va acercando sin que puedas hacer nada por detenerla.

Empiezas a darte cuenta que las primaveras son cada vez más cortas, los inviernos más crudos y fríos, los veranos apenas duran un suspiro y el otoño no sabes dónde se te ha perdido.

Las posesiones que has ido acumulando a lo largo de tu vida te parecen absurdas, incluso la forma en que las conseguiste, por no hablar de la manera en que has planificado dejarlas para que otros las disfruten. Te da por pensar que eras más feliz cuando nada poseías, y la conciencia te apremia hurgando en la herida de la reflexión absurda de que todo fue necesario.

Voy a entrar en ese momento al que muchos temen, otros aborrecen, algunos les asusta, los menos ansían, y hay hasta quien lo retrasa lo más que puede.

Los cambios siempre me dieron miedo. No es que yo sea una persona miedosa, no lo soy, pero la incertidumbre de lo que está por venir siempre genera esa sensación de estar alerta. El miedo que siento se acaba ahí, no llega a mucho más.

Mañana firmaré los documentos de mi jubilación y pasado ya no iré al que ha sido mi puesto de trabajo durante los últimos 30 años.

¿Cómo será mi nueva vida? No lo sé, no he querido pensar en ello. Tendré que descubrirlo, mejor aún, voy a vivirlo, porque la vida es eso, vivir y disfrutar de cada momento.

Galiana