Una cita con @GalianaRgm: «Falso enamorado»

Enamorarse de otra persona es sencillo, ahora ¿cómo saber que la otra persona nos corresponde?

Falso enamorado

Desenmascarar a un falso enamorado no es tarea fácil, para ello sólo hay que tener el valor de enfrentarlo desnudo ante el espejo. Cuidado, no todos los hombres son mentirosos ni todos están falsamente enamorados, con lo que para no caer en su trampa antes de proceder al desafío debes conocer alguna que otra característica común a todos ellos que te haga diferenciarles del resto.

Observa a tu enamorado. Casi con toda probabilidad habrás visitado su casa muchas menos veces que él la tuya. Allí habrás permanecido el tiempo justo y necesario. Conviene que observes determinados comportamientos acerca de espacios concretos de la misma. Compartir cocina y los aperos de la misma no es un problema, tampoco el salón, el sofá o la televisión. Es en habitaciones más intimas donde le podrás desenmascarar si estás atenta.

Podrás calificarle como falso enamorado si eres capaz de darte cuenta que domina el arte de inventar excusas para no compartir una ducha en su propio baño, en el tuyo lo habrá hecho las veces que hayan sido precisas. Es su baño y tú, jamás de los jamases, formarás parte de él.

Con el baño fuera de juego ¿Cuál es el siguiente lugar más íntimo? Efectivamente, la cama. Se la ingeniará para dormir en la tuya las noches que sean menester con una naturalidad pasmosa, sin la necesidad de crear el mito que de hacerlo en la suya podría contagiarte cualquiera de las siete plagas más peligrosas existentes ya que todo eso generaría el efecto contrario. Pondrá en valor tus sábanas con un argumento tan incontestable que será digno de estudiar en las universidades más prestigiosas del mundo.

Sin sospechar que te mantiene lejos de su baño y de su cama a propósito, ¿qué otros datos te pueden llegar a hacer pensar que estás ante un falso enamorado? ¿Algo más cercano y más detectable?

El susodicho tiene una voz envolvente, aparentemente muy lejana a la artificialidad. Sonará siempre tan natural, fresca y real que te parecerá un sacrilegio siquiera desconfiar de ella, con lo que no le cuestionarás absolutamente nada. No te engañes, es un tono estudiado durante años arropado por un vocabulario estratégicamente seleccionado y ornamentado con una combinación perfecta de pausas y silencios escrupulosamente calculados. La voz está entrenada para soportarlo todo sin cometer el más mínimo desliz que le evidencie como el falso enamorado que es.

Una vez seducida por su voz ¿qué té queda para detectar la farsa?

Estos tipos son especialmente buenos en lo que hacen, controlan las situaciones de tal modo que te hará pensar que todo es maravilloso. La técnica es sencilla. La sonrisa encantadora te hará ver y sentir que la vida es un cúmulo de alegrías concatenadas, la tristeza y las penas a su lado ni están ni se las espera. Para ello genera las justas controversias más que nada por aquello de evitar que caigas en la monotonía y el aburrimiento, no hay nada peor que el hastío para darte cuenta de las verdades que te rodean. Creará alguna que otra riña absurda, es conveniente y convincente para sus intereses, no temas porque siempre serás tú la que resultes victoriosa del pequeño conflicto hábilmente creado, todo está milimétricamente calculado para que en ningún momento se tense excesivamente la cuerda. Lo suyo es vivir en un perpetuo y aparente consenso.

Hasta tal punto son capaces de llegar que presumirás de conocer al hombre perfecto, para nada enrevesado, muy cercano, sencillo… Te diré que es todo lo contrario.

No, no me mires así cuando te cuento todo esto. Lo estoy haciendo por tu bien, no quiero verte atrapada en las garras de semejante elemento de cuidado.

Si te preguntas por qué les conozco tan bien, la respuesta es sencilla. Soy un falso enamorado.

Galiana.

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Escritora, bloguera, podcaster, enamorada de todo lo que huele y sabe a Cultura
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