Un placer volver al blog por estos días.
Me despido con un poema.
Deprisa
Arráncame la ropa,
deprisa.
Desvísteme sin prisa,
pero de forma precisa.
Traéme también esa copa;
a la que me invitabas,
abajo en el portal
cuando seguro, que en beber no pensabas,
mientras me besabas
y yo notaba tu excitación corporal.
Ahora, en el dormitorio,
te muestras como eres:
nervioso y ansioso ante lo que aconteciere.
Como un niño que quita a un caramelo el envoltorio,
mi cuerpo por fin se siente libre,
pero el tuyo, aprisionado sigue.
No puedes hacer nada mientras yo no lo dicte.
Ahora, me conocerás en la intimidad
y sabrás a quién invitaste en realidad.
Te permitiré disfrutar de mi humedad
a plazos y sin prórroga;
bajo mi estricta autoridad
te trataré con severidad y quizás también, con brutalidad.
Tengo la particularidad del sufijo “dad” hacer uso
y mi mente imagina rápido en prosa o en rima
tú debajo, yo arriba, tú abajo, yo encima;
con el fin de que demuestres tu cualidad entretanto, de ti, abuso.













