
Cuando era un crío los autos de la época tenían esa pegatina, o al menos eso yo recuerdo: «Ser español un orgullo, ser madrileño un título».
Madrid ahora es el foco de todas las miradas, está en boca de todos y el fuego cruzado de la política amenaza con atravesar a cada madrileño esté cruzando una calle o sentado en su sofá.
Qué tendrá Madrid en mi querida España, esta España mía, esta España nuestra, que siempre acaba trufada de trincheras y en medio del ojo del huracán.
A pesar de eso, amo Madrid 

