Apareciste solo
abriéndote las entrañas,
deslizándote
por las tuberías numéricas.
Te arrastrabas
por caminos sinuosos,
huyendo de los falsos magos
para despertar,
en busca de tu frase gemelar.
Tu nacimiento
fue arduo y costoso,
como animal iracundo
en tormenta de arena.
Te alimentabas
de pensamientos inacabados,
de letras fugaces,
de palabras delicadas
cosidas,
en oraciones subordinadas.
Nota a nota
adquiriste forma,
celoso de tu esencia
como baile armónico.
Más descansaste al fin
de tal complejo proceso,
provocando la templanza y el caos
al unísono,
mientras el lector
permanece en honda abstracción,
víctima
de tu vibrato trémolo.
@SaraRiveraGome2