
El tiempo, en volandas,
ha traído a la primavera,
una tímida niñita
con vestido de organdí,
seda e hilos de oro.
Florecillas perfumadas
en sus dorados cabellos,
por el sol iluminados
para dar apariencia
de una joya de oro
con rubíes, topacios
y diamantes engastados.
Verdes de matices varios,
de hojitas tan engreídas
de su solar clorofila
como de malaquita.
El cielo se puso celeste
igual que un aguamarina,
para festejar al sol brillante
con su corona de fuego.
Alguna nubecita muy blanca
se paseó por ese cielo
para disfrutar la tibieza,
la luz y aquellos colores
de la primavera nueva.
II
Se enfermó la dulce niñita.
Con un enfriamiento
cargado de humedad
y silbador.
Una tosecita atronadora,
relámpagos como gritos
reclamando sol,
con luces como flashes
de un fotógrafo a la antigua.
Llora a ratos, más bien lagrimea
muy triste, por el manto gris
que le han puesto por encima.
Le han pronosticado mejora
con infusiones florales,
aires tibios para secar
la humedad,
baños de sol cada día
y evitar la soledad.
Se alió con el aire
para que fuera vendaval
y se llevara la manta
gris, tan pesada.
Ya era hoy por la tarde
cuando el sol la iluminó,
hizo una Coral de trinos
con las aves vocingleras
que encontró.
¡Dulce niñita, sonríe!
saludable sin dudar.












Poema para leer a los niños 👶🧒
Me gustaMe gusta
Muy bueno versos
Me gustaMe gusta