
Suele haber mucho vacile cuando alguien te regala un cactus, por eso de los pinchos que les dan un aparente carácter hostil.
A mí, en cambio, me encantó cuando mi hija Marina me regaló tres. Por lo de que son más duros que la rodilla de una cabra, capaces de sobrevivir en un ambiente hostil y tirar palante con una admirable economía de recursos escasos.
O al menos lo es éste de la foto, que es el único que ha sobrevivido de los tres. Puro darwinismo vegetal en un ambiente omnívoro pero amistoso 😉

@JoseRaigal












Tengo un cctus, no como el de la foto, en la terraza. Me gusta.
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Los cactus son entrañables, Miguel.
Buen día y mejor semana 😎☕️🌵
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