No vamos a salir de pobres porque a Barcelona no le hayan concedido el honor de ser la Agencia Europea de Medicamentos, no se merecía estar fuera de la nominación a las primeras de cambio pero… En este caso no ha sido la mala planificación de la presentación, como sucediera con la famosa presentación de Madrid 2016 y el dichoso café de Ana Botella, los culpables son otros y sabemos los nombres y apellidos.

¿En qué coño estaban pensando los líderes del procés cuando decidieron de forma unilateral declarar la república independiente de Catalunya? ¿Acaso creían que les iban a llover ofertas y reconocimientos internacionales? ¿De verdad han sido tan idiotas de no pensar que Rajoy iba destrozarles utilizando el aparato del Estado?

Barcelona ha perdido todo el crédito que tenía internacionalmente gracias a la movida del procés. ¿Cuánto tardará en recuperar su prestigio? Eso no lo sabe nadie. Quien se atreva a ponerle una fecha se quiere colgar una medalla, y éstas ya las ganamos en Barcelona 92 y de eso hace mucho tiempo.

Ahora a los catalanes les toca solucionar cuanto antes el tema de la fractura social e institucional que tienen sobre la mesa, lo cual no es nada fácil.

El 21D hay quien está preparando organizar una zapatiesta descomunal, y sería un craso error, pero ya sabemos que hay gente pa tó. La sociedad catalana necesita sosiego y tiempo para saber lo que quiere, cómo lo quiere y bajo qué condiciones salir del atolladero en el que está metida.

Lo que sucede en Catalunya está teniendo consecuencias en el resto del país, porque no debemos olvidar que representa una parte muy importante del PIB.

Economía, economía, siempre a vueltas con la dichosa economía, que al fin y al cabo es lo que de verdad importa.

Importa tanto, tanto, tanto que los vascos, después de la movida catalana, han sabido sacar rédito del asunto como solo ellos saben hacer.

Rajoy quiere, necesita más bien, el apoyo del PNV para sacar adelante los PGE y los vascos le han entrado a cuchillo a De Guindos, Montoro y compañía. La famosa financiación que han obtenido es de tal calibre que Albert Rivera considera que los vascos han jugado al cuponazo de la ONCE de los viernes y les ha tocado el premio mayor.

En este momento y en espera del 21D de vital importancia para los catalanes, mientras los partidos están en clave electoralista porque es lo que toca, otras CCAA se han atrevido a levantar la mano preguntando ¿qué hay de lo mío? por si acaso les cayera alguna cosilla en un despiste tonto. Los extremeños han sacado a relucir que tienen trenes del año de la polka y así es imposible vivir en el siglo XXI, los murcianos que el AVE se sotierra sí o sí, hasta Feijóo se atreve a preguntar sobre el cupo vasco.

Tal y como está el patio no vamos a ninguna parte, y tal vez ese sea el sitio donde nos quiere llevar Rajoy

Galiana