El PSOE tiene un marrón encima de mucho cuidado, una ecuación diabólica cuya solución va a conseguir que la fractura dentro y fuera de Ferraz de los socialistas se incremente de forma exponencial en este final de octubre de infarto, donde sabremos si la XII legislatura se da por concluida con todo lo que ello conllevaría o si por el contrario tenemos a Rajoy otros cuatro años en Moncloa.

Entregar mediante la abstención el poder a Rajoy tiene una factura más que considerable. No solo es cuestión de que el voto de castigo de la militancia, en el hipotético caso de unas nuevas elecciones, fuera enorme, sino que los paganinis de siempre, voten o no al PSOE, son los que al final terminaremos pagando por los errores de unos y de otros.

Javier Fernández y la gestora tienen que hacer un ejercicio de pedagogía supino para que los militantes se terminen creyendo que la abstención es lo mejor que le puede pasar al país, después de que el famoso “no es no” les calase hasta lo más profundo a las bases del socialismo.

Hasta la fecha y visto lo visto, la Gestora y los barones que controlan Ferraz se han mostrado como unos auténticos cobardes. Nadie habla claro, todo se hace sotto voce, y no hay nadie que dé un paso al frente y se erija en el valiente que se atreva a ponerle el cascabel al gato asumiendo que al hacerlo su carrera política se va al garete.

Los silencios en política son de pusilánimes, y la cobardía que hay en algunos dirigentes socialistas es de toma pan y moja. Como en toda organización no todos son abnegados cabezas bajas que harían lo que fuera con tal de no perder su sillón, también los hay que sacan los dientes en las situaciones adversas y no se pliegan ante nadie ni ante nada, aquello de preferir morir de pie a vivir de rodillas y tal.

Las relaciones entre Ferraz y el PSC nunca han sido fáciles, no nos vayamos a engañar, que los catalanes cuando se ponen a liarla parda se quedan solos. Los socialistas catalanes no están por la labor de tenderle la mano a Rajoy, son los daños colaterales de la mala gestión por parte del PP del independentismo en Catalunya, y en Ferraz saben que son un grano en el culo en el peor momento.

Si por el independentismo las pinturas de guerra del PSC están como están, hay quienes se apuntan a la danza de guerra por el tema de la corrupción, que tampoco es moco de pavo por mucho que Javier Fernández intente quitarle hierro al asunto. El juicio por la Trama Gürtel está destapando demasiados trapos sucios gracias a las confesiones de los arrepentidos, y ahora mismo ponerle ojitos al PP sin explicar bien este tema es pillarse los dedos lo que no está escrito.

Independentismo, corrupción… faltarían los recortes. Algunos socialistas no están por la labor de tenderle al mano a quienes van a terminar de rematar a la clase media de este país sin ningún pudor, no quieren ser cómplices de todo ese embolado.

La gestora tiene complicado hacer su trabajo. Quienes abogaron por esta solución como la menos mala para el PSOE imaginamos que tienen todo controlado o por lo menos un plan B para huir por la gatera cuanto menos.

Galiana