
Aquellas ciudades,
me parecieron extrañas,
Y fui tras sus huellas, puerta a puerta.
Puse tantas esperanzas….
Aquel cielo transformado en espejo,
la vida, la muerte, la existencia
todo en un vaso de agua.
Quedamos atrapados en el mundo malo
convertido en piedra,
en viento, viento envenenado
viento que me sobrevive.
El hombre
enloquece entonces
es inevitable.
El cielo llora.
Y los sentimientos van
de generacion en generacion.
Y caen las piedras
como una losa.
Sara Rivera











