Desde que Pablo Iglesias apareció en el panorama político se le ha perdonado que allá por donde fuera montara un show, que nos obsequiara a todos con sus gracietas, sus aspavientos y sus salidas de pata de banco en los diferentes medios de comunicación por donde tenía a bien pasar.

Ahora las tornas han cambiado, ha conseguido lo que ha conseguido y debe dejar de hacer este tipo de cosas.

El líder de Podemos debe entender que ha llegado el tiempo de dejar de llamar la atención para ponerse a currar en lo suyo, y lo suyo es dedicarse a ser Servidor Público, lo que implica hacer política para todos los que le eligieron como su representante y los que no. Su escaño en el Congreso no es un puro postureo, una foto que exhibir ante los suyos, es una ocupación que, señor mío, tiene sus pros y sus contras.

Pablo Iglesias no puede convertir el Congreso en un plató de televisión. La Cámara Baja no es la casa de Gran Hermano, aunque debemos reconocer que tipos como Gómez de la Serna nunca debían haber entrado, y ya que están debían ser nominados para salir de allí a la de ya puesto que es evidente que por voluntad propia ni de coña lo va a hacer.

La posición de Pablo Iglesias y los suyos no puede seguir siendo aquí estamos porque hemos venido, y la finalidad de estar aquí era darle color, un toque de modernidad y hasta de frikismo al Congreso. No, va a ser que están donde están para sacar adelante a este país de la crisis, y eso no es moco de pavo.

¿Cómo hacerlo? Desde luego sacando los pies del tiesto cada vez que no se le da lo que pide no parece ser la manera más adecuada de hacerlo. Tampoco el intentar imponer a todo el personal sus ideas bajo amenaza de llevarse el balón porque es suyo. Un inciso, el balón alguien debería explicarles que no es suyo, más que nada porque solo tiene 69 diputados de los 350 que se pueden tener.

Pablo Iglesias, Íñigo Errejón, Carolina Bescansa y demás Diputados de Podemos que mientras intentaban alcanzar un sitio en el Congreso se llenaban la boca con decir que el resto de Diputados no nos representaban, sería menester que hicieran lo posible por no tener que escuchar de nadie que ellos tampoco representan a nadie, siquiera a los que usando un sistema en el que no creen les han permitido llegar donde han llegado.

Una vez dicho todo esto, y viendo que hoy estamos haciendo muchos amigos en la formación morada porque nos hemos levantado con ganas de levantar alguna que otra ampolla, vaya en nuestro descargo que lo único que pedimos es que no conviertan ni sus entradas, ni su estancia, ni sus salidas del Congreso en un circo mediático del que puedan hacerse eco los telediarios, lo que les pedimos es que se pongan a trabajar. Para ello deben empezar a tener un poco más de cintura, las urnas dijeron que el verbo pactar es el que debe marcar la XI Legislatura y, si se hace bien, conseguir que exista un Gobierno que la acompañe.

Galiana