La carrera por conseguir llegar a Moncloa está más que comenzada. El 20D está a la vuelta de la esquina, ya no hay tiempo para errores y las diferentes formaciones políticas lo saben. Las formas de afrontar el camino no son ni parecidas, cada cual se centra en lo que cree que son sus puntos fuertes tratando de escamotear a los votantes sus debilidades.
En el PP lo de tener terminadas las listas de los candidatos va a ser que les está costando lo suyo. Las discrepancias en Génova son las que son, las guerras por ser designados mediante “dedocracia rajoniana” son un problema que los populares se afanan en que no salga a la luz. Rajoy mientras tanto se dedica a ejercer de líder, presume de gestión y de datos económicos que no se cree ni él. No son momentos de plasma sino de estrechar manos, de congraciarse con los medios de comunicación, y de esconder las ganas que tiene de retorcerle el pescuezo a Mas y los independentistas catalanes porque son un auténtico grano en el culo de aquí al 20D.
Pedro Sánchez tiene clara la estrategia a seguir, que los suyos le dejen va a ser harina de otro costal porque quien más quien menos está deseando que se pegue un talegazo de antología para postularse a liderar al PSOE. Los socialistas ya han elaborado sus listas, con controversias y tiranteces, lo normal en este tipo de cosas dado que nunca se pude contentar a todos. En Ferraz, siempre y cuando Susana Díaz no desentierre el hacha de guerra, o Chacón deje que Iceta ejerza de lo que tiene que ejercer, no deberían tener muchos problemas en recuperar los votantes que se perdieron con Rubalcaba. Defiende una reforma constitucional de arriba abajo, pero saben que esa no es una tarea nada fácil. Previa a la reforma de la Carta Magna tienen que derogar los innumerables Decreto-Ley que Rajoy promulgó recortando Derechos y Libertades, y ahí es donde de verdad está la madre del cordero.
Albert Rivera ha descubierto que venderse como el nuevo Adolfo Suárez le está funcionando. El líder de Ciutadans sabe nadar entre dos aguas, lo mismo le tiende la mano a Rajoy en el tema de la cuestión catalana aceptando un frente común contra el independentismo catalán en forma de Pacto de Estado, que le pone ojitos a Pedro Sánchez sobre la reforma constitucional. La formación naranja sabe que es su momento, y si no da un paso en falso puede conseguir ser el centro de todo el 20D.
Pablo Iglesias sigue empeñado en ir de verso suelto. Con la formación de sus listas tuvo sus más y sus menos, cierto que se elaboraron por primarias, pero causalmente todos aquellos que discrepaban de su pensamientos, salvo Echenique, se perdieron por el camino. Está a favor de una reforma constitucional, de un referéndum sobre la independencia en Catalunya y en el resto de España, de imponer una renta de inserción mínima, de jugar a subir y bajar los impuestos. A preguntas sobre posibles pactos responde con demagogia, arte que domina como nadie.
El 20D está ahí mismo. Hasta entonces queda mucho camino por recorrer. En política, y bien lo saben los que se dedican a este oficio, se cuentan no solo los días, sino las horas, y hasta llegado el caso los minutos.
Galiana












´La suerte ya está en camino y no tiene retorno posible ¿y los votantes pueden modificarlo?
Lo modificarán, seguro estoy de ello, pero no se a dónde llevará el empeño.
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No estoy yo tan segura si los votantes al final modificarán o se abonarán al dontancredismo
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