Esperanza Aguirre en su papel de Norma Desmond

avatar nuevo

Terminamos la semana con los ojos puestos en la más grande, no, no nos referimos a la tristemente fallecida Rocío Jurado, sino a Esperanza Aguirre.

La lideresa madrileña de los populares hace tiempo que dejó de serlo. Alguien debería decirle que su vuelta a la primera línea de la política para interpretar el papel de Norma Desmond le sobraba, más que nada porque nadie puede igualar a la maravillosa Gloria Swanson en Sunset Boulevard.

Aguirre no es más que una política excéntrica, incoherente, trasnochada, decrépita, que no ha asumido que su momento en política pasó. Ella misma le puso punto final cuando dio la espantada abandonando su puesto como Presidenta de la Comunidad de Madrid.

Esperanza ha mantenido la boca cerrada en lo que respecta a la mierda que se guarda bajo las alfombras de Génova, pero los achaques de senectud que está demostrando en cada intervención pública hacen que a Rajoy y a todos “los genoveses” les entren las cagaleras de la muerte ante la incontinencia verbal de la candidata a la Alcaldía de Madrid.

La chochez de Aguirre, si no estuviéramos a meses de unas elecciones generales, sería tomada como lo que es, decadencia y declive de quien fue pero ya no es. En el PP saben que no pueden permitirse los desatinos de la lideresa, y es por eso que se cuestiona si la decisión de Rajoy de colocarla para el puesto fue o no la adecuada.

Cada vez están más claros los motivos que tuvo Rajoy para designarla como candidata a la Alcaldía de Madrid. Necesitaba quitársela de encima a como diera lugar. Esperanza es un incordio, una china en el zapato de ésas que hacen herida constantemente, y la mejor manera de acabar con ella es dejar que sean los madrileños quienes la manden a casa a ejercer de abuela con sus nietos, pero tiene sus riesgos, y sobre todo no está garantizado que vaya a suceder como tiene en mente.

La estrategia de Rajoy es arriesgada, se le puede volver en contra por deméritos del resto de competidores. Si se diera el resultado que no busca, es decir si Aguirre pudiera gobernar en Madrid, aunque fuera en minoría, el tocamiento de partes íntimas que el líder de los populares va a tener que soportar por parte de la nueva y flamante Alcaldesa de Madrid va a ser de los que hacen época.

Aguirre está convencida que llegará al Palacio de Cibeles porque sabe cómo darle a sus fans lo que quieren, es decir, espectáculo. Lo que no ha entendido la lideresa es que sus salidas de tono ya no son aplaudidas por su clac, que donde antes escuchaba aplausos y halagos ahora todo son pitos y abucheos los cuales ignora porque se cree una Diosa de la política.

A estas alturas de la película alguien debería haberle dicho la verdad, pero ya es tarde. Esperanza Aguirre bajará la escalera cual Norma Desmond, como una gran diva ególatra y vanidosa que continua creyendo que el público la sigue amando. Por supuesto que a su lado tendrá un Erich von Stroheim, haciendo las veces de fiel mayordomo, que con su actitud no hará sino demostrar a todos que la estrella está acabada. Y por supuesto no faltará un Cecil B. DeMille rodando la escena final del El crepúsculo de los dioses (título con el que se tradujo en España).

Galiana

Avatar de Desconocido

About Galiana

Escritora, bloguera, podcaster, enamorada de todo lo que huele y sabe a Cultura
Esta entrada fue publicada en La columna de los lunes, Periodismo y etiquetada , , , , , , , . Guarda el enlace permanente.

2 Responses to Esperanza Aguirre en su papel de Norma Desmond

  1. Avatar de marcosangulojavier clamorsegovia dice:

    Has dejado escrito el guión de la película (no ficción) de la lideresa bajo la capa del crepúsculo de los dioses.

    Me gusta

Replica a clamorsegovia Cancelar la respuesta