La M30 abraza Madrid camino del Sur (Vallecas al fondo, muy al fondo) bajo un cielo nuboso y un sol cegador de invierno. La perspectiva se pierde en el horizonte llevándose los vehículos y los pensamientos, imaginando qué habrá más allá, si la Tierra a fin de cuentas resultara que era plana y el borde engullera los coches en un precipicio abocado a un abismo sin fin.
@JoseRaigal













José, me gusta tu prosa poética y por supuesto tu fotografía.
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Muchas gracias, compi. Tu criterio cuenta mucho para mí, me alegra que te agrade. Un abrazo 😉
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