Con el reclamo de cuerpos atléticos y piel desnuda, la trampa del low cost hace picar a docenas de incautos a quienes saldrá terriblemente caro apuntarse al gimnasio porque, a medio plazo, dejarán de acudir al mismo. No basta con pagar la cuota, por muy barata que sea, sino que es imprescindible sudar en las máquinas y en los hierros. ¿Perogrullada? Pues ya me contarás por qué tanta gente contrata el Gimnasio y sólo lo pisa un par de veces.
@JoseRaigal













Jajajaja….qué bueno!!!!!
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