El socialismo está en crisis en este país, en Grecia con la tremebunda caída del PASOK, en Francia con un Hollande que no se levanta ni aunque le pongan muletas.

Este no saber estar del socialismo europeo nos lleva a cuestionarnos si la situación se debe a que el pensamiento socialdemócrata ha sido uno de los grandes damnificados por la crisis, porque, quizá, no haya sabido adaptarse a las demandas de la sociedad del siglo XXI, lo cual como poco nos parece triste.

En lo que a nosotros nos atañe conviene recordar que el PSOE arrastra problemas de comunicación entre sus ideas y la sociedad desde hace tiempo. Zapatero llegó al poder por la mala gestión que hizo del 11M el PP, y se mantuvo en el mismo porque a Rajoy le hacían la cama entre Gallardón y Aguirre. Cuando la crisis económica hizo su aparición Zapatero hizo como que no existía, hasta que la cosa fue tan evidente que hasta los ciegos podían verla. Convocaron elecciones a sabiendas que el PP las iba a ganar, no por méritos propios, sino porque el personal quiso castigar a Zapatero, y de paso al PSOE, por haberse puesto de rodillas ante Merkel la famosa noche del 10 de mayo. Con la llegada al poder de Rajoy vendría el bajarnos los pantalones y ponerse mirando a Cuenca cada vez que la Canciller germana lo ordena, con lo que se hace realidad el dicho de otro vendrá que bueno te hará.

Los recortes masivos en Derechos y Libertades, que ha llevado a cabo el Gobierno de Rajoy, podían haber sido aprovechados por el PSOE, pero no. Los socialistas en lugar frotarse las manos con la destrucción del Estado del Bienestar orquestada por el PP y demostrarle a la ciudadanía que de ésta sale aplicando el discurso de la socialdemocracia, van y la cagan porque no saben cómo hacerlo. ¿Cómo es posible?

Es posible porque a Pedro Sánchez le falta discurso y le sobra postureo, debe aprender el modo de comunicar sus ideas y que éstas calen en las mentes de quienes tienen que votar, y dejar a un lado tanto populismo barato.

Los de Ferraz tienen hasta el 24 de mayo para demostrarles a los ciudadanos que la crisis no se ha llevado por delante el discurso socialdemócrata del que tanto presume Pedro Sánchez y que tan malamente explica.

El líder de los socialistas se llena la boca del “hay que”, lo cual está muy bien siempre y cuando vaya acompañado de “esto es lo que voy a hacer y de esta manera lo voy a llevar a cabo”, pero como se deja la segunda parte en casa solo consigue que la intención de voto en las encuestas baje y baje y vuelva a bajar.

Tarea tienen en el PSOE para los próximos días porque esto de presumir de socialdemócratas se les da muy bien, la técnica de ponerlo en marcha con el austericidio de Merkel se les está haciendo muy cuesta arriba.

Estamos en precampaña. Los socialistas españoles se aprietan los machos y demuestran que o la socialdemocracia sobrevive a la crisis, o el descalabro va a ser de tal envergadura que podrá leerse en los libros de historia.

Galiana