Año electoral por antonomasia, los ciudadanos vamos a terminar hasta el gorro de tanta noche electoral, de tanto ver como todos ganan, y de cerciorarnos una vez más que perdemos nosotros.

No es que nos hayamos levantado pesimistas, pero es que el panorama de este país es cuanto menos desolador.

En el PP se comportan como niños no queriendo hablar ni de Bárcenas, ni de la Caja B, ni de todo aquello que no les interesa. Podríamos pensar que entonces se dedican a gestionar el país como deberían hacerlo y sacarnos de la crisis, pero no. En año electoral toca sacar a la luz todos los logros conseguidos durante la legislatura. Rajoy tiene complicado hacer pasar por logros que la Sanidad es una calamidad, que la Educación no hay por dónde cogerla, que la Tasa de Desempleo es el mayor de nuestros males, que las Personas Dependientes están dejadas de la mano de Dios, o que todos los días se llevan a cabo desahucios de familias sin recursos. Ni el mejor de los magos del mundo podría conseguir cambiar lo que han hecho, pero seguro que Arriola sabe cómo darle la vuelta a todo y nos presenta a un PP en el que se puede confiar.

En Ferraz ni Tamariz va a ser capaz de sacarles del atolladero donde se han metido. Empezaron la legislatura con un descalabro liderado por un Rubalcaba que no supo ver que los militantes de su partido no le querían ni a tiros. Hubo unas primarias a la Secretaría General que en apariencia devolvieron la calma a los socialistas, pero ha sido inaugurarse el año electoral y se les ha caído el chiringuito. Pedro Sánchez lo intenta, quiere, tiene ganas, pero que todos los días los tuyos “te hagan la cama” es cansino, vaya si lo es. Sobre todo cuando tienes a una Susana Díaz que está demostrando ser una pirómana de las buenas.

Para incendios los que tienen en IU. Cayo Lara le ha dejado el partido a Alberto Garzón, quien está demostrando que por mucha juventud que se tenga, por muchas ganas que le ponga, no tiene oficio de bombero. En Madrid y en Andalucía no sabe cómo sofocar los fuegos que amenazan con destruirlo todo.

De UPyD ni hablamos. Ciutadans se los han comido hace tiempo aunque Rosa Díez siga manteniendo el tipo. Allá los magenta y los de Albert Rivera se las entiendan.

Queda la fuerza emergente, los que desde hace un año no paran de decir aquí estamos y hemos venido para quedarnos porque somos los salvapatrias. Pablo Iglesias y los suyos se hacen cada vez más fuertes a base de populismo. El resto de formaciones políticas quieren acabar con Podemos, pero de momento salen de todos los embolados en los que se van metiendo tanto Iñigo Errejón como Juan Carlos Monedero. Lo único que puede pararles son las urnas, y según las encuestas tienen todo a su favor para llegar a Moncloa, aunque no tienen un programa concreto para nada.

¿Nos merecemos unos políticos como éstos? En nuestras manos está, luego cuando nuestras decisiones nos pasen factura no le echemos la culpa a nadie.

Galiana