Volvemos después de las vacaciones y nos encontramos con que todo debería seguir tal y como lo dejamos pero no, los cambios han ido a peor, como viene siendo habitual desde que en Moncloa tenemos bien pero que bien aposentada la caterva que dice gobernar.

Rajoy y los suyos tienen un año por delante para no hacer nada. Han decidido que de aquí a los comicios generales de final de año van a vivir en clave electoral y de gobernar ya si eso, que nunca fue bueno hacer tantos esfuerzos a la vez.

A la pregunta que todos nos hacemos sobre si este país, tal y como está, se puede permitir que el Gobierno pase de todo y se centre en cómo ganar unas elecciones la respuesta es, claramente, no.

No podemos perder meses en pensar en elecciones cuando a la microeconomía ni está ni se la espera, por mucho que De Guindos trate de vendernos la película de que vamos mejorando. Las familias han perdido poder adquisitivo, como consecuencia de ello el consumo es el que es, y todos sabemos que mucho tienen que cambiar las cosas para que cambie la tendencia, lo cual va a ser complicado con subidas salariales como la del SMI, de 3 euros al mes.

Desde el Gobierno miran a las elecciones autonómicas y municipales de mayo sabiendo que si las pierden se les va a mover la silla mucho, pero mucho, y en previsión a lo que pueda pasar se imponen medidas como llevarse mejor con los medios de comunicación, lo de que Rajoy deje de usar el plasma y eso no lo tienen todavía claro.

Una vez que vuelvan a tener a los medios de comunicación como aliados, lo cual está por ver, el Gobierno en lugar de dedicarse a solventar los miles de problemas que tenemos va a seguir con su política de no hacer nada, salvo meter las tijeras cuando Alemania se lo ordene, y dejar que las cuestiones o se resuelvan por si solas o dejar que estallen y les salpique lo menos posible.

Pensar que en Moncloa tienen en cuenta a la ciudadanía para algo más que meter el voto en la urna no tiene cabida, con lo que a los españolitos nos gustaría tener un Gobierno que tratase de buscar soluciones reales, de las utópicas tenemos los almacenes atestados, a la crisis económica. Lamentablemente Rajoy y los suyos no tienen en mente nada parecido a eso, como tampoco se les pasa por la cabeza intentar solventar el tema de la elevada Tasa de Desempleo, llegando incluso a afirmar que lo de perder el empleo ya no es algo que nos preocupe a los españoles.

Debe ser que con lo que verdad estamos obsesionados es con el tema de la corrupción, más que nada porque hemos descubierto que damos una patada a una piedra y aparecen jetas que se han estado aprovechando de lo que es de todos bajo la máscara de servidores públicos.

Contra esta obsesión tan tonta que hemos pillado de querer acabar con la corrupción, en Génova han pensado que nada mejor que meternos el miedo en el cuerpo con el nuevo ogro come niños que no es otro que Pablo Iglesias. Ahí están desde Génova tratarnos de hacernos creer que si Podemos se hace con el poder, como profetizan las encuestas, nos vamos a convertir en Grecia con todas las consecuencias que eso tiene.

Es lunes, comenzamos de semana, con síndrome postvacacional, y con la maquinaria electoral en marcha.

Galiana