El ébola lo está copando todo, como no podía ser de otra manera, y quizá eso hace que el tema de la estafa de las tarjetas B de Caja Madrid esté explosionando como una bomba de relojería casera en lugar de cómo una atómica.
La lista de los gastos que estos jetas hicieron de un dinero que no era suyo provoca que la indignación nos hinche la yugular y nos entren unos deseos irreprimibles de cometer, aunque solo sea de pensamiento, algún acción calificada como delictiva con pena de años de prisión.
Blesa, Rato y sus secuaces vivieron por encima de sus posibilidades gracias a las tarjetas y eso que tenían unos sueldos anuales que la mayoría de los españoles no van a tener ni juntando los de toda su vida.
Lo peor de esta caterva de Golfos Apandadores no es lo que estafaron, que ya es, sino que están convencidos que no hicieron nada ilegal, que el uso y abuso de la tarjetita de marras era un pago a su trabajo, a su mucho trabajo.
No vamos a entrar si estos Consejeros de Administración de Caja Madrid se pasaban la vida representando a la entidad crediticia más que nada porque de gilipolleces ya estamos más que servidos, lo que nos llama la atención es que junto a los vividores a costa de los ahorradores hay gente que nunca hizo uso de las dichosas tarjetas y otros que gastaron lo que sin paliativos podría ser considerado como gastos de representación.
La lista de los gastos detallados de las tarjetas Black de Caja Madrid es un canto a la sinvergonzonería en grado supino, los 86 infames viajaron, comieron, se vistieron, se enjoyaron, se divirtieron, bebieron, golfearon, ellos y sus familias, a cargo de la Caja Madrid, pero no es menos ciertos que muchos cardan la lana y otros llevan la fama.
Estudiados los listados llama la atención que no todos gastaron lo que no está escrito. En el mismo listado que los truhanes Blesa, Rato, Sánchez Barcoj, Arturo Fernández, Díaz Ferraz, Spottorno, Moral Santín, Rodolfo Benito, José Ricardo Martínez aparecen personas que están siendo suspendidas de militancia de sus respectivos partidos y/o Sindicatos con unos gastos de representación sobre los 200 o 300 euros mensuales mientras ocuparon dicho cargo, lo que al nivel que nos estamos moviendo es una ridiculez. Nos referimos a García Alonso, Rabago Juan Aracil o Moreno Flores, quienes los gastos anuales que hicieron de las tarjetas no llegan ni a los 3.000 euros anuales, y están siendo tachados injustamente de granujas vividores a costa de lo ajeno.
No podemos ni debemos dejar de incluir a quienes jamás hicieron uso de la tarjetita dichosa entre los que se encuentran Tejera Montalvo, Sánchez Acal, Verdú Pons y Aldaz Barrera que están viendo su buen nombre en la lista de la vergüenza.
Galiana












Evidentemente, no todos son unos sinvergüenzas. Haces muy bien en distinguir unos de otros
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Para los que están en esa lista sin haber hecho uso y abuso de las tarjetas sienten que les están estafando
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