Algunas poderosas presencias físicas inundan espacios tan angostos y saturados de personal como son los buses, y más en hora punta. El caballero de los brazos desnudos a duras penas conseguía moverse en el interior del bus número 10 desde Cibeles hasta Atocha. Al reparar en el dibujo de su camiseta recordé un antiguo comentario de una compañera: «Para darse una vuelta, viene bien cualquier bicicleta». Estaba claro que el gigante en cuestión no era «cualquier» bicicleta.
@JoseRaigal













Genial!!!
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Algunos modelos hacen que cualquiera sea buen fotógrafo. Gracias, Javier 😉
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