Teníamos pensamiento de hacer una maratón durante el fin de semana de la serie House of Cards, pero cuando salieron a la luz los SMS de Jorge Moragas decidimos que con la actuación del Jefe de Gabinete de Rajoy ya nos hacíamos una idea de cómo funciona la “fontanería” en política.

No vamos a hacer chistes con el tono jocoso que se gastan los SMS entre Moragas y la exnovia de Jordi Pujol Ferrusola porque es vox populi que son amigos desde la infancia, pero al leer cosas así, y dando por sentado que la “fontanería” es algo de lo más habitual en Moncloa, la indignación, el estupor y el encabronamiento no nos lo quita ni Dios.

La lectura de los SMS nos hace cuestionarnos alguna que otra cosilla sin importancia. ¿Cómo es que un miembro del Gabinete Presidencial, que conoce que los Pujol-Ferrusola son una banda que deja en pañales a los ladrones de Alí-Babá, anima a que la exnovia despechada lo denuncie a las autoridades competentes alegando que con su actuación “salvaría España”, en lugar de hacerlo él mismo?

Debemos recalcar que los SMS se enviaron en el 2012 y lo del referéndum de Artur Mas no estaba en los planes de casi nadie, como tampoco que las dos últimas Diadas tuvieran un fuerte contenido independentista. No podemos negar que Moragas sabe hacer su trabajo de “fontanero”, ya entonces vio que la única manera de poder tener a Catalunya “pillada por las pelotas” era sacar los trapos sucios de los Pujol y con ello desactivar el poder de CiU.

Los Pujol ya tienen su credibilidad a la altura del betún, pero la cuestión Catalana se ha enredado todavía más de lo esperado y ni Rajoy, ni Moragas, ni todo el equipo de “fontanería” de Moncloa contaba con que llegara tan lejos en el órdago soberanista de Mas.

Rajoy está a la espera que Mas no desconvoque el referéndum para ir raudo y veloz a dejar la patata caliente en el tejado del Tribunal Constitucional. A éste no le quedará otra que anular, de forma inmediata, el referéndum una vez presentado el recurso contra el mismo por el Gobierno de Rajoy.

La cuestión es si Artur Mas tiene la testiculina suficiente para saltarse lo que diga el TC y poner las urnas en la calle aunque sepa que no tiene ninguna validez legal, o convocar elecciones anticipadas y certificar su muerte política.

La verdad es que podemos jugar a hacer teorías con el “Y si…”, pero no estamos por la labor porque a estas alturas de la película, y tal y como están las cosas, lo que está quedando claro es que el Gobierno de Rajoy y el de Mas están librando un juego de poder sin pensar en las consecuencias que a corto, medio y largo plazo pueda tener todo eso.

Desde aquí le damos las gracias a los dos por tenernos entretenidos hasta el 9N, pero antes les recomendamos que vean House of Cards para que vayan aprendiendo. Allí al menos siempre ganan Kevin Spacey y Robin Wright

Galiana