Tarde de chicas

Hoy es fiesta en Madrid (San Isidro), es un día ideal para hacer el regalo que les prometí a Laura @lauramorron y a Rosa @bioamara

Tarde de chicas

Tener amigas desde la infancia tiene de bueno que no es necesario buscar una excusa para pasar una “tarde de chicas”, pero a Laura, a Rosa y a mí nos gusta eso de reunirnos cada vez que tenemos oportunidad para celebrar lo que sea.

tarde de amigas mesa billar

Esta vez el motivo era hacer una barbacoa en el jardín para dar por inaugurada la remodelación del sótano de la vieja casa de mis padres, donde servidora se ha montado su propio taller de creatividad.

En el sótano he dejado la mesa de billar español de mi padre. No porque me guste jugar, es algo que siempre he odiado, pero arrimada a la pared, con unos tableros encima viene de vicio para colocar mis cachivaches.

Hace años quise venderla pero mi hermano mayor, el único que tengo, le tiene un cariño especial. Nunca le he preguntado los motivos pero como tampoco pide pan, no quiero causarle un disgusto innecesario.

La verdad es que debo tener una derivación de la enfermedad de Diógenes o algo parecido porque, gracias a poder disfrutar de la que fue la vivienda familiar, no tengo la necesidad de deshacerme de objetos que pertenecieron a los míos.

Además de la mesa de billar, donde si levantas la madera que la cubre encuentras los tacos, las tizas y las bolas sobre un tapete verde en perfecto estado, hay algunos objetos de los que no pienso deshacerme mientras viva. Una vieja máquina de coser de mi abuela que todavía funciona, y el torno para modelar arcilla de mi madre.

La máquina de coser me ha servido para ponerle fundas nuevas a los viejos sofás de mi padre, como si los hubiera llevado a tapizar, se han quedado perfectos, tanto que estoy pensando en cambiarlos por los de mi ático en la ciudad.

El torno de mi madre… Ella me enseñó a modelar la arcilla, a pintar, a… a todo lo que es mi profesión. Ni me planteo deshacerme de él, como tampoco de su caballete, del pirograbador, del grabador de vidrio… Cierto que los míos son mucho más modernos, pero…

Volviendo a la “tarde de chicas” debo decir que fue de lo más sorpresiva.

Laura y Rosa llegaron temprano, incluso antes que yo, como tienen llaves de la casa y a la menda eso de madrugar le da pereza, cuando llegué ya tenían las chuletas, las morcillas, los chorizos y la butifarra sobre la parrilla.

Comimos y bebimos lo que no está escrito. Sí abusamos y mucho de ambas cosas, con lo que hoy estoy a fruta y verdura por aquello de desintoxicar, aunque lo mejor estaba por llegar.

La bebida no se nos subió a la cabeza pero si nos dio modorra, así que, como en los viejos tiempos, las tres terminamos derrumbadas en el sofá, poniendo la tv para dormir la siesta. Desde niñas hemos echado la siesta las tres en el mismo sitio, nuestros cuerpos han cambiado mucho pero es un misterio como seguimos ocupando el mismo espacio desde siempre.

Lo de llenar nuestros estómagos con bebida fue un fallo, o un acierto según se mire.

tarde de amigas

En no recuerdo qué canal estaban poniendo esa peli donde una parejita tiene una tórrida escena de amor mientras ella moldea arcilla. Fue ver la escena, mirarnos y sin decirnos nada levantarnos e ir las tres directas al torno.

Las seis manos sobre un trozo amorfo de arcilla húmeda, el torno girando… Cuando más enfangadas estábamos decidimos que de hacer alguna obra de arte conjunta nada de nada, no sería la primera, que era mucho más divertido volver a la infancia. Sí, terminamos con el barro por la cara, por el pelo, por la ropa mientras las risas lo inundaban todo.

Parecíamos crías, sí ¿y qué?, no le hacíamos ningún mal a nadie.

En ello estábamos cuando la cabeza de mi hermano asomó por allí para cortarnos el rollo, siempre ha sido un poco aguafiestas. Había prometido quedarse con los niños en casa, pero es de esos maridos que cuando la mami no está no sabe cómo funciona lo de ser padre, así que fue a por Rosa porque el pequeño estaba con la tripa suelta.

Laura y yo, que sabemos cómo se agobia nuestra amiga cuando a uno de los niños se le mueve un pelo, nos quedamos solitas. Nos lavamos las manos, la cara y nos servimos un aguardiente de esos que destila Pepe y que almacena por allí, nos lo bebimos a su salud.

La primera entró bien, pero a la tercera a Laura se le soltó la lengua.

tarde de amigas 2

—Cada vez que bajo aquí y veo la mesa de billar me dan ganas de confesar el peor de mis secretos.

—Estás muy borracha. Tú no tienes secretos ni para Rosa ni para mí.

—He bebido demasiado, es cierto.

—Has dicho que tienes un secreto y me lo vas a contar.

—No.

—Sí.

—No.

—Sí.

Nos comportamos como dos adolescentes, pasamos de los 40 las dos, pero… Ella estaba muy borracha y con la sin hueso descontrolada, y yo, que aguanto mejor el alcohol, deseosa que lo hiciera. Ni que decir tiene que me hizo prometer que aquello no saldría de allí. Me sonó a chiquillada, así que se lo prometí, es más le enseñé mis manos para que viera que no estaba cruzando los dedos, todo muy infantil, como seguramente imaginé sería su confesión.

—¿Tu hermano te ha contado alguna vez los motivos por los que no quiere que te deshagas de la mesa de billar de tu padre?

—No, pero te recuerdo que las palizas que les daba a sus amigos con el tema de las carambolas eran legendarias.

—Siempre me ha gustado esa inocencia tuya. ¿Recuerdas la “fiesta de pijamas” que organizamos cuando cumpliste los 16?

—Siiiiii. Mis padres estaban de vacaciones, nos costó convencer a Pepe de que nos dejará dormir juntas.

—En este sótano celebramos tu cumple, más o menos como hoy, solo que nos quedamos a dormir arriba, en tu cuarto las tres. Cuando Rosa y tú os quedasteis “fritas” yo baje a la cocina porque necesitaba agua. Vi la luz encendida del sótano y vine pensando que nos la habíamos dejado, pero Pepe estaba dándole a las bolas con el taco. Me propuso enseñarme a jugar y… una cosa llevó a la otra, no sé cómo al final terminamos sobre la mesa enredados.

—¿Me estás confesando que en la fiesta de mis 16 te liaste con mi hermano? ¡¡¡30 años para confesarme que entre vosotros hubo un rollito!!! Ya te vale.

—No fue un rollito como tú dices. Tu hermano fue el primero con el que lo hice.

—¿Perdiste le virginidad con él y nunca me lo has dicho? ¡No tienes perdón!

—¡¡¡Es el marido de Rosa!!!

—Pero eso pasó cuando tenías 16 y ellos…

—¡¡¡Ellos ya estaban juntos!!

—Mi hermano tenía 22 años y Rosa 16, nadie apostaba porque aquello les durase para siempre. No me vale como excusa que no me lo hayas contado en todo este tiempo.

De pronto se hizo un silencio incómodo, tenso, una situación que nunca se había producido entre nosotras. Laura agachó la mirada, se dejó caer en el sofá sin decir ni palabra, se tapó el rostro con las manos.

Entendí, no hacía falta que me lo dijera. Laura había perdido la virginidad con Pepe sobre la mesa de billar de mi padre en la fiesta de mi 16 cumpleaños. Hasta ayer no lo había confesado, porque su relación nunca ha terminado.

Galiana

 

 

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About Galiana

Escritora, bloguera, podcaster, enamorada de todo lo que huele y sabe a Cultura
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8 Responses to Tarde de chicas

  1. Avatar de marcosangulojavier clamorsegovia dice:

    ¡¡¡¡De un tirón sin pestañear me lo he tragado!!!!

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  2. Avatar de bioamara bioamara dice:

    Otra que se lo ha tragado del tirón!!!

    Me ha encantado el detalle Gali. Gracias! Has cumplido tu promesa y te has inspirado como para hacer un relato entretenido y divertido. Me lo estaba pasando bien hasta que me he dado cuenta del motivo de mi dolor de cabeza! 😛 Lo de «ganar» ha sido relativo 😉

    Un beso!!

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  3. Tiene una cierta atmósfera de candidez adolescente y primeros hallazgos, algo así como erotismo contenido y muy levemente insinuado. En plan amor de verano pero mantenido.

    O igual es que yo me imagino cosas que no debiera, y me da por liberar el verbo y quedar como un exégeta de las emociones humanas.

    Pedante que es uno.

    Fresquito y ligero, propio de primavera tardía.

    Gracias.
    🙂

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  4. Gali, gracias por el detalle de dedicarnos el relato. Creo que eres una escritora magnífica, gamberra, pero magnífica y lo he pasado genial estos días mientras nos anunciabas lo que estaba por venir.
    Pero quiero aclarar algunos puntos:
    – El más importante y fundamental: no paso de los cuarenta ;P
    – Yo soy muy limpita y sólo me enguarraría de barro con una mozo estupendo.
    – Yo quería ganar y llevarme al mozo estupendo.
    Pese a esto, la historia estupenda, como todas las tuyas.
    Un besazo,
    Laura

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