El asunto entre Miguel Blesa y el hasta el momento Juez Silva sobrepasa el ámbito de la Justicia, por encima de si el uno pasó 15 días en la cárcel enviado allí por el otro.

No somos quien para juzgar a nadie, más que nada porque eso de ser Juez, Jurado y Verdugo no es algo que nos caracterice, pero lo que sucede entre estas dos personas es más un asunto de ego que un tema judicial, que también.

Sobre si el ingreso de Blesa en prisión fue acertado o no, o sobre si apartar al Juez Silva de la carrera judicial por haberlo encarcelado es procedente no es algo en lo que debemos entrar, que para eso están los que tienen que estar en el asunto. Ahora bien, este tema tiene mucha más miga de lo que aparenta, porque una cosa son las leyes y otra la moral.

Blesa es un soberbio prepotente con amistades en las altas esferas, y su paso por la cárcel –recordemos que fue por delitos societarios, administración desleal, falsedad en documento y posible apropiación indebida- lejos de domesticar su ego le ha convertido en un animal herido con ganas de “revenge”.

Elpidio José Silva también es de esos a los que el poder les ha transformado el ego, o tal vez ya lo traía de casa, pero eso de amenazar “con tirar de la manta” siendo juez cuanto menos rechina un poco en la ciudadanía.

El que fuera Presidente de Caja Madrid (actualmente intervenida por el Estado y convertida en Bankia) desde 1996 al 2009 tiene, y mucho, que ver con el hundimiento de la Entidad de Ahorros, así como con el tema de las Preferentes, su participación en lo que respecta al diseño y planificación de las mismas está siendo investigada por la Audiencia Nacional en este momento.

¡¡Alto ahí, no mentemos la soga en casa del ahorcado!!

Sin entrar en el follón de las Preferentes, que ya es, y sin levantar nuestro dedo acusador contra el que fuera Inspector de Hacienda y amigo personal de Aznar, que aparezcan correos donde presume de comer caviar beluga, irse de cacerías y demás, sinceramente nos la trae al pairo. Blesa, con la ley en la mano, será culpable o no de su gestión al frente de la Caja y de eso debe encargarse la Justicia. Ahora bien, nos podemos callarnos eso de “Joder, que bien viven algunos mientras otros se mueren de hambre” porque hace daño leer tanto dispendio en un país con más de 2 millones de familias sin ingresos.

Volvamos al otro protagonista de este enfrentamiento. El Juez Silva, si de verdad tiene algo que contar, que se deje de milongas. Está tardando en acudir a poner la denuncia correspondiente como el ciudadano Elpidio José Silva conocedor de la comisión de un delito. Si lo único que quiere es hacer prácticas de juegos de poder, le recomendamos la barra del bar o el patio de su casa, porque los ciudadanos estamos hartos de ver como entre unos y otros emponzoñan la Justicia para dirimir los egos personales.

Galiana