Los Ministros de Rajoy, después de dos años en el cargo, han resultado ser una “troupe almodovariana” de ésas con las que estaría encantado de trabajar Buñuel por esperpénticas y surrealistas.

Tenemos el “bufón incendiario” tipo Wert que, entre gracieta y gracieta, nos ha impuesto una LOMCE que se carga la Educación Pública por todas partes. Ya sabemos que esto de que nuestros jóvenes aprendan le da alergia, más que nada porque el sociólogo metido a Ministro teme que los niños de Primaria sepan más que él.

Gallardón no le anda a la zaga en cuanto a lo de ser bufón, sin el calificativo de incendiario más que nada porque su egocentrismo no le permite algo así. Lleva amenazando con una Ley del Aborto retrograda desde principio de año, y parece que “las uvas” nos las comeremos sin ella, aunque dada la soberbia del gachí capaz es de sacarla por Real Decreto y hacernos el regalito para una fecha tan propia como la de los Santos Inocentes.

En esto de hacerse el graciosillo les gana por goleada Montoro. Hay que ser de una pasta especial para saber mezclar ese fino humor absurdo con la pose de matón de barrio. Lo de amenazar a determinados colectivos con contar en público los trapillos sucios que tienen con Hacienda y así hacerles callar es para nota.

Si hablamos de Zipi sería garrafal excluir a Zape. De Guindos se sale cada vez que tiene que inventar en los foros internacionales que nuestra economía está remontando la situación, el personal ya no se ríe en su cara porque le toman por un caso perdido.

Arias Cañete intentó unirse al clan de los graciosillos. Lo de hacer una ley donde se cambian la fecha de caducidad de los alimentos por preferente de consumo fue un puntazo, pero hace unos días falleció una familia por ingerir comida caducada al ser lo único que tenían para llevarse a la boca, y eso le otorga el calificativo de personaje siniestro-macabro.

El premio a siniestro se lo llevó sin lugar a dudas Fernández Díaz. Hay que ser muy mala gente para poner “concertinas” como medida disuasoria para evitar la inmigración ilegal en la frontera.

Los personajes de terror sanguinario de la troupe ministril están compensados con los que la matan a la chita callando. Morenés, Soria, o el mismísimo García-Margallo, en cuanto les dan ocasión la lían parda con sordina, eso sí, que para armar ruido están otros compañeros de gabinete.

Para el final nos hemos dejado a las “chicas del coro”. Encabezadas por una Vicepresidenta que parecía iba a comerse el mundo cuando estaba en la oposición, y una vez llegado al cargo prefiere un perfil bajo abrumada por la irresponsabilidad, perdón, la responsabilidad del cargo.

Báñez ha conseguido que conozcamos la existencia de la Virgen del Rocío. Lo de que sea milagrera o no depende de si entendemos como tal el conseguir un trabajo con un sueldo precario tras su Reforma Laboral.

Mato, sin invocar a Virgen alguna, ha destrozado la Sanidad Pública. Ella, que va de “Penélope Glamour”, ha tocado hasta las Pensiones, aquellas que Rajoy dijo que no tocaría jamás.

Pastor, colocada aparentemente en un lugar fácil que no llama la atención en demasía, ha dejado patente que maneja “la tijera” tanto o más que los demás. Lo de ahorrar en seguridad o en señalización en las líneas férreas tiene las consecuencias que vimos el pasado verano en la curva de A Grandeira.

Dos años después de tomar posesión de sus puestos ésta es la troupe que nos gobierna. Que los dioses nos asistan porque Rajoy tiene intención de mantenerles en sus puestos hasta final de legislatura, y solo vamos por la mitad.

Galiana