Es evidente que a los españolitos de a pie nos gusta mucho más el cine de Tarantino, donde la sangre y la casquería corren a raudales, que el de Lynch con su visión políticamente incorrecta de los dramas sociales.
Es innegable que las venturas y desventuras de Bárcenas y sus papeles, si en ellos aparecen todos los que están o todos los que son, su declaraciones en la Fiscalía sobre su autoría, sus cuentas bancarias no tan secretas en Suiza, su posible chantaje al PP o al Gobierno, nos interesan tanto como esos programas de televisión donde se “le hace un traje” al famoso de turno para divertimento nacional.
Por si Bárcenas no fuera suficiente espectáculo para los amantes del morbo, las andanzas del “yernísimo”, su mujer y su ex-socio nos proporcionan un placer extraordinario. Eso de saber que el embargo del Palacete de Pedralbes puede ser la antesala a la evacuación de Zarzuela nos lleva a sacar al balcón la tricolor.
Lo malo es que mientras estamos enfrascados en tanto escándalo de corrupción se nos está olvidando el menudeo, es decir, el mal funcionamiento diario de este país.
Por menudeo entendemos que los estudiantes están en las calles haciéndole una huelga al Ministro Wert, quien con su pretendida reforma en Educación confunde educar con adoctrinar, y con sus recortes está desmantelando por completo el sistema educativo público que tenemos en beneficio del privado pagado “a escote” por el personal.
También es menudeo la huelga en Sanidad mientras la Ministra del ramo, Ana Mato, dice no tener motivos para presentar la dimisión por mucho que la Gürtell la salpique de lleno o los enfermos graves vean como apenas pueden costear sus carísimas medicinas después del “recetazo”.
Por menudeo, nos repetimos pero es lo que hay, entendemos que los Jueces le hagan una huelga al todopoderoso Gallardón, quien pretende dirigir el Ministerio como el Ayuntamiento o la Comunidad de Madrid, donde él era el señor feudal e imponía su ley sí o sí.
Un menudeo más, y los que nos quedan. Tenemos a una Fátima Báñez que presume de los frutos dados por la Reforma Laboral cada vez que se incrementan las cifras de parados, y vamos ya por 6 millones.
Del menudeo de Montoro y su amnistía fiscal para que el personal pueda blanquear de forma legal su dinero mejor lo dejamos estar porque el Ministro ha demostrado tener muy poca vergüenza.
Menudeo es que Ana Botella no sea capaz de gobernar un Ayuntamiento como el de Madrid, con todo lo que ello conlleva, porque sus avales para ocupar el puesto de Alcaldesa vienen dados por ser la esposa de un Ex-Presidente de Gobierno y eso tiene las consecuencias que estamos viendo.
En esto de enumerar menudeos no vamos a dejarnos los desahucios diarios, la desesperación por no poder pagar las facturas, los jóvenes emigrando por falta de futuro, los pensionistas sustentando los hogares familiares con sus ridículas pensiones…
Lo dicho, sigamos pendientes del cine de Tarantino lleno de vísceras y sangre a todo color y en la gran pantalla, porque los dramones sociales al estilo de David Lynch los tenemos dentro de nuestras casas.
Galiana











