Relatos musicales de @yugm76, abril 2025: «La música del corazón»

Un talento excepcional, un genio autodestructivo. ¿Qué llevó a este prodigio a buscar consuelo en el alcohol? ¿Qué oscuro secreto oculta este hombre al borde del abismo?

Clica para saber cómo se juega.

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La música del corazón

Copa a copa, día tras día, y sobre todo los sábados como este, trato de sobrevivir.

Considero que esa es la palabra adecuada, porque lo que yo hago a diario es eso, seguir existiendo.

En mi hogar, mi familia siempre nos educaron con principios y valores que nos enseñaron desde que éramos pequeños, y que a día de hoy aún perduran en mi mente. De no ser así, creo que ya hubiera sucumbido al suicidio.

Todos los días me levanto de la cama, cuando puedo, y lo primero que hago es “tomar algo”, tratar de mitigar el dolor que desde hace años me acompaña. Mi desayuno en cuestión es diferente al del resto de los mortales. Me bebo una cerveza de las baratas, de las que venden en el “chino” de la esquina por un euro la litrona. Y cuando hablo de una, me refiero a la botella entera.

En mi trabajo, tampoco es que se preocupen mucho de mi estado de sobriedad. Mi jefe dice que cuanto más borracho estoy, mejor toco. Jamás me lo ha dicho a la cara, pero sé leer los labios y se lo ha comentado a algún cliente, que le ha preguntado cómo me permite actuar en esas condiciones.

A veces pienso, y más en noches así, mientras mis dedos vuelan y aporrean con fuerza las teclas, que nunca debí subirme al banquete del piano de casa, ni levantar la tapa y empezar a sentir esa vibración que me corre por dentro cada vez que toco. Que tan solo tenía que haber pasado de largo y dejar este instrumento infernal, aparcado en la salita. 

Supongo que conocerán a Picasso, Piaget, Lope de Vega o Mozart. Niños prodigios. Pues bien… Yo los superé a todos. 

Soy un genio, tanto en pintura, psicología, literatura y, máxime, en música. Con año y medio, ya era capaz de sentarme al piano y tocar cualquier pieza a la que hubiera echado solo un vistazo. A los tres años empecé a componer mis primeras obras. Con cinco, mis padres se dieron cuenta de que aquello no era normal, y empezaron a llevarme a concursos para pequeños talentos, donde, por supuesto, los gané todos. A los quince ya estaba dando conciertos por medio mundo, a veces interpretando obras de música clásica y otras las mías propias. Con 18 ya era famoso en el planeta, y mis conciertos se llenaban en cuanto las entradas salían a la venta.

Todo iba bien, en parte, hasta que mi representante, mi padre, decidió que teníamos que buscar “un algo más” para el espectáculo, “un qué sé yo», como él decía, cualquier cosa que nos hiciera únicos y espectaculares. Que no solo se tratará de un chaval tocando el piano, al que pronto olvidarían por alguien más joven. Su solución fue contratar a una bailarina de mi edad, la mejor. Para ello hizo un casting, y eligió no solo aquella que era capaz de seguir el compás de cualquier pieza que yo interpretara, sino que la sintiera, que el conjunto de ambos fuera una explosión de sensaciones y emociones, tanto sonoras como visuales.

 Lo consiguió, fue un éxito aún mayor de lo esperado, y la pompa de la fama se me fue inflando cada vez más. Además, ella y yo terminamos enamorándonos y eso, aparte de darle más publicidad a la actuación, también le daba más glamour.

Sin embargo, todas las burbujas terminan explotando, y ella se cansó. Tanto del trabajo, como de la fama y, por supuesto, de mí y mis rarezas. Un día, así de simple, no se presentó y nunca más volví a saber de ella. Ni la juzgo ni la cuestiono, pero sin querer, provocó el principio del fin.

El espectáculo, la fama y yo caímos en picado. Lo perdí todo. Los genios no aceptamos las derrotas. Siempre tenemos que ser los mejores en lo que hacemos, y su abandono me produjo tal desesperación, desidia y menosprecio hacia mí mismo que ni quince años después he logrado superarlo.

Desde entonces, mi mero consuelo es machacar el piano pensando en ella y mi única compañera es la bebida. Y así es como quiero seguir no viviendo.

Comprueba si has acertado el tema musical.

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@yugm76

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About Galiana

Escritora, bloguera, podcaster, enamorada de todo lo que huele y sabe a Cultura
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