‘Pa’ habernos ‘matao’ por @VictorFCorreas: Presentación del serial sobre el Duque de Alba, incluye el podcast de @ivoox

Presentación

Después de un par de años, mes arriba mes abajo, contando domingo tras domingo la vida del emperador Carlos V, toca buscar otro personaje a su altura. Y como da la casualidad de que servidor de ustedes ha escrito una novela sobre los últimos años de vida de don Fernando Álvarez de Toledo, tercer duque de Alba —el gran duque de Alba, por abreviar— que se titula Hambre de gloria, ¿por qué no dedicarle este espacio? 

Y sí, me pone. Para qué decir lo contrario.

Primero, porque el tipo cerró sesión con 75 palos de almanaque. Y eso, para la época, ya eran años. Si tenemos en cuenta que Carlos V se fue para el otro barrio con apenas 58, desde luego hay más donde rascar. Desde luego que sí. 

Segundo, porque estamos hablando de un hombre que protagonizó algunas de las hazañas militares más importantes del siglo XVI. Repasemos: con apenas 17 palos se largó de casa en busca de aventuras, y no se le ocurrió mejor cosa que plantarse ante los muros de Fuenterrabía, entonces asediada por los franceses. Y Carlos V, enterado de cómo se había comportado en el particular, puso sus ojtos sobre él y decidió nombrarlo corregidor de la plaza sitiada. A saber si no dijo en ese momento aquello que Rick Blaine (Humphrey Bogart) le soltó al capitán Renault en la ya mítica y soberbia Casablanca: “Presiento que éste es el comienzo de una hermosa amistad”. En cambio, al abuelo del interfecto —para los milenials: según la segunda acepción recogida en el diccionario de la RAE, persona de la que se está hablando. Usado más en sentido festivo—, o sea, a don Fadrique, le sentó como una patada en los huevos; pues ya había perdido a su hijo, don García, en el desastre de la isla de Yerba —actual Túnez—, como para perder también al nieto y heredero.

Tercero, porque otra cosa no, pero valores el tipo, todos los del mundo. Y honor, ni os cuento. A modo de ejemplo, por aquellas fechas tuvo un calentón con una muchacha del pueblo que lo vio nacer, Piedrahita. La hija del molinero —y no me vengáis con el polvo del trigo y la molinera y tal, que ya está muy visto—. De aquel calentón nació un crío al que llamaron Hernando, que fue criado en la casa familiar de los Alba en Alba de Tormes. Con el tiempo se convirtió en compañero de aventuras de su padre y, posiblemente —por no decir seguro—, en el hijo que más se le pareció. Vamos, que no lo dejaron tirado. El abuelo, o sea, don Fadrique, viendo el percal —otros lo llamarán fogosidad— lo casó con apenas veintiún palos con una prima carnal, María Enríquez, para así mantener el linaje. Cosas de la época.

Así que, si el personaje os llama la atención y me dais la venia, subíos al tren —ahora que mi querido y admirado Javier Santamarta ha decidido detener el suyo en Esradio. Gracias por todo, maestro–, que en su compañía viajaremos a una Viena asediada por el turco grande —Solimán el Magnífico—, que venía con cuerpo jotero; hasta Túnez para darle cera al turco chico —Barbarroja—como si no hubiera un mañana; saldremos por patas de Argel a su lado después de uno de los mayores desastres que sufrió en vida el emperador Carlos V; hasta los campos alemanes, donde ayudó al emperador a derrotar a los protestantes, lo que a aquél le valió un precioso retrato ecuestre por cortesía de ese genio de los pinceles llamado Tiziano; nos iremos de gira por Inglaterra para acompañar al churumbel del emperador, Felipe II; lo veremos sofocar entuerto va entuerto viene en Italia; se liará la manta a la cabeza para meterse en ese avispero que fue Flandes, y donde se ganó tal fama que allí, todavía, los padres amenazan a sus retoños con su venida si no se comen el brócoli; sufrirá un destierro al final de su vida por un quítame allá esas pajas con Felipe II; y prestará el último servicio a su rey en tierras portuguesas, en las que murió porque a su rey no le salió de los cojones —para qué marear la perdiz— darle el beneplácito de regresar junto a los suyos para morir en paz, tal y como era su deseo.

Si os gusta el plan, ya sabéis. Aquí os espero cada semana.

Gracias.

Has leído y ahora dale al podcast en ivoox, recuerda hay variaciones.

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@VictorFCorreas

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About Galiana

Escritora, bloguera, podcaster, enamorada de todo lo que huele y sabe a Cultura
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