Niña mía
Niña mía, ven,
mastica la herida de tus huecos,
besa la luz más grave
de tu sangre,
planta una rosa de carne
y consonancia
en el ojal de los hombres que no duermen,
en esa pupila oscura que te mira fijamente
en la madrugada.
Niña mía
Niña mía, ven,
mastica la herida de tus huecos,
besa la luz más grave
de tu sangre,
planta una rosa de carne
y consonancia
en el ojal de los hombres que no duermen,
en esa pupila oscura que te mira fijamente
en la madrugada.










Aviso Cada temporada renovamos secciones, si ves que alguna deja de publicarse, ¡sorry! hasta ahí ha llegado.



