Relatos musicales de @yugm76 en enero 2024: «Tras la sombra de una obsesión»

En lo más oscuro de la mente, una obsesión desenfrenada desencadena una serie de eventos impredecibles. ¿Qué lleva al protagonista a perder el control de sus instintos? ¿Será capaz de encontrar la redención y liberarse de sus cadenas?

No despegues los ojos, este relato te atrapará.

Tras la sombra de una obsesión

No lo entiendo, juro que no lo consigo, no asimilo porque me han metido en este cuarto pequeño, lóbrego y subterráneo, en el que aparte de la humedad se respira desolación y ansiedad entre otras cosas.

¿Qué me ha llevado a este sitio? ¿Qué tipo de demencia empecé a sufrir para haber terminado en esta situación?

Hay una parte de mí que sabe que me lo merezco, que nada de lo que he hecho está bien, que me he comportado como un loco o un animal permitiendo que mi cerebro reptiliano tomase el control y me dejase llevar.

Y, sin embargo, hay otra parte, la que me dice que todo esto es un error, que no puede ser verdad, que no estoy en esta situación por ese motivo.

Busco en mi memoria, el momento en el que todo empezó a desmoronarse, el primer día o minuto, en el que mi vida dio una vuelta de ciento ochenta grados, y cambió. En el que mis rutinas comenzaron a modificarse de tal manera que todo lo que hacía giraba en torno a mis instintos y se transformó en una obsesión. Cualquiera que no me conozca, me tachará de trastornado, perturbado, hostigador, etc., de verdad no es así, soy un tipo de lo más normal, tirando a apocado, al que un día la vida quiso darle una oportunidad y no fue capaz de conseguirla.

Todo fue una noche de verano, en la terraza de moda, ya se sabe cómo es eso. Mujeres con vestidos muy sugerentes, frescos, incluso algunas ligeras de ropa. Los hombres, sin embargo, aguantamos con estoicidad el calor, pantalón largo y camiseta, al menos así es en mi caso. Todo para que una de ellas se fije en ti y tengas una mínima oportunidad. En ese aspecto, estaba deseándolo, no soy de los que se come ningún rosco, soy bastante tímido y prefiero que sean ellas, las que tomen la iniciativa.

Pues bien, allí estaba yo, con mis colegas, copa en mano, y esperando que llegase alguna a decirme algo. Entonces, se fue la luz, solo unos instantes, lo justo para que la luz de la luna llena, de aquella noche de verano, la bañase por completo como un foco. Allí estaba ella, riendo, bebiendo y disfrutando de la fiesta.

El corte de electricidad fue restaurado, y siguió la farra. Yo, no podía quitarle el ojo de encima. Se había quedado en mi retina, no veía otra cosa.

Aquella noche no pude dormir, mirase lo que mirase, hiciese lo que hiciese, allí estaba ella. No podría describirla de forma física, nunca he sido de los que se fijan en esas cosas, suficiente tengo con que se den cuenta de que existo. Sin embargo, sí que podría describir lo que sentí, una atracción irremediable, la fuerza de gravedad que hace que los cuerpos se atraigan, que tiendan a juntarse.

Por suerte, para mí, volvimos a coincidir, el siguiente fin de semana. En esa ocasión, me propuse no quedarme quieto, era tal la intensidad, la fuerza con la que me arrastraba, que por primera vez en mi vida, decidí tomar el control.

Así que cuando se despidió de sus amigas para marcharse a su casa, me fui detrás, dispuesto a contarle todo lo que me había hecho sentir. Una vez más, y a pesar de mi autodeterminación, mi cerebro empezó a segregar serotonina a lo loco y tan solo pude seguirle, a una distancia prudencial, y quizás sin ser visto, hasta el portal de su casa.

Tal cual ha sido durante estos últimos seis meses. Entre semana, sueño con que la rescato de algún peligro ajeno a ella, de esas historias que se han formado en mi cabeza, para poder librarla de cualquiera que la persiga y que quiera hacerle daño. Los fines de semana, la sigo.

Y ese es el motivo por el que me encuentro en el calabozo, me ha denunciado por acoso. Con el corazón en mano, admito que no lo entiendo. Nunca la he dicho nada, ni una palabra, solo la he seguido noche tras noche para comprobar que llegaba sana y salva a su casa.

No sé en qué momento me he convertido de héroe a villano.

Dale a la imagen para comprobar el resultado del juego.

👇👇👇

@yugm76

Avatar de Desconocido

About Galiana

Escritora, bloguera, podcaster, enamorada de todo lo que huele y sabe a Cultura
Esta entrada fue publicada en Literatura, Narrativa, Relatos, Relatos musicales, Temporada 4, Yu Gm y etiquetada , , , . Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario