Un relato de amor, dudas y encrucijadas. ¿Qué consecuencias traerá esa conversación que tanto se teme? ¿Será el punto de quiebre o la oportunidad para un nuevo comienzo?
Adéntrate, déjate llevar y no querrás salir
A alguien escuché una vez que cuando se tiene que tomar una decisión, se utilice el viejo truco de lanzar una moneda al aire. Justo en ese preciso instante, cuando está dando vueltas, impulsada por la gravedad, sin darte cuenta, la solución viene a tu mente. Deseando que salga lo que has elegido, dependiendo si es cara o cruz.
Sí, parece absurdo que algo tan simple, pero a la vez tan complicado como el amor tenga que decidirse así. No eres capaz de saber si en realidad me quieres o no. Si soy un parche, un novio tirita, un clavo que saca a otro clavo. O si por el contrario, tus sentimientos hacia mí son verdaderos, si aquellas mariposas que te revoloteaban en el estómago al principio de nuestra relación, solo están dormidas o descansando, si nada ha cambiado, y sigue igual.
No sé ni siquiera cuando comenzaste a planteártelo todo, a sentirte así. Y no es justo, para ninguno de los dos. Estás hecha un mar de dudas. En este tiempo he aprendido a leerte entrelíneas, a saber lo que piensas con tan solo una mirada.
Estoy intentando encontrar el equilibrio, ser justo. No quiero que me hagas daño, no me lo merezco. Aun así, he hecho una lista de pros y contras, y la solución ha salido empate.
Qué difícil es todo esto, navegar en un mar de dudas, rastreando un indicio, una señal, que sé que te hará declinar la balanza hacia un lado u otro. Estás buscando de manera continua la imperfección, el fallo a cometer, examinándonos. Atenta a cualquier pequeño error que ambos podamos perpetrar, para mandarlo todo al carajo. Por algún motivo nunca aparece, no lo encuentras
A pesar de eso, de tu manera de ser, de tus dudas, intento día tras día, ser yo mismo, hacerte la vida más fácil. Lo sé, en un pequeño sitio de tu mente y en tu corazón, reconoces que es así. La existencia juntos fluye de manera natural, como un río buscando el mar. Sin problemas, tranquila, serena, en paz. Aunque ambos vivimos en una auténtica agonía. Tú con la incertidumbre de nuestra relación y yo sobre tu amor.
Nada que ver con la típica frase “No es por ti, es por mí”. En este caso, si es por ti. Por tu extraña forma de querer. Tu auténtico inconformismo. Tu manía de pensar que todo está mal cuando en realidad no es así. Augurando, de manera constante, que algo se va a torcer, que las cosas no pueden salir bien, que cualquier relación es una trampa del destino y que, en algún momento determinado, saltará por los aires, esparciendo nuestros pedazos por todas partes. Teniendo así, que volver a la casilla de salida, empezando de cero una y otra vez.
Sin embargo, aquí estoy, a tu lado, lleno de indecisiones igual que tú. Se me nota en la cara. Para mí, eras el universo repleto de estrellas, mientras que yo me siento un cometa, alguien que solo está de paso.
Estoy convencido de que te has cansado ya de mí, pero en el fondo, creo que lo que estás, es harta de ti misma, que te va a pasar igual con cualquiera con el que estés, no sabes lo que quieres.
Por mi cabeza también se han pasado pensamientos como que te agobio, al estar todo el rato pendiente de ti. Que no soy lo suficiente, haciéndome sentir, que no estoy a la altura. Asegurando a cualquiera que me pregunte, que tan solo he sido un entretenimiento, del que ya te has cansado. Arrepintiéndome de tantas confidencias a media noche, de haberte abierto mi alma de par en par, porque ahora sabes cómo hacerme daño.
Tu cabecita loca y tu corazón inquieto, no se han dado cuenta de que somos una pareja de piezas de puzzle que encaja a la perfección. Que jamás vamos a encontrar a nadie que nos complete como lo hacemos juntos. Que formamos un todo, pero no tenemos nada.
El sonido del teléfono me despierta de mi ensimismamiento, de esta agonía. Es tu tono, eres tú. Con tan solo tres palabras, me dejas estático, con el móvil pegado a la oreja mucho tiempo después de que hayas colgado.
—“Tenemos que hablar” —has sentenciado.
La suerte está echada. La moneda gira en el aire.
Dale a la imagen para comprobar el resultado del juego
👇👇👇














