El domingo votamos

Pasada la exhumación del dictador, con el recuerdo a la rutina de la violencia desatada en las calles de Catalunya tras la sentencia del Procés encaramos la semana oficial de campaña electoral.

Sería menester que en estos pocos días los líderes de los diferentes partidos políticos se dedicaran a exponer las soluciones a los diferentes problemas que tenemos en este país, pero nada de eso van hacer. Van a seguir jugando con el tira y afloja de los pactos, contigo sí, contigo no, porque han convertido la política española en una especie de conjugar el verbo yo te junto que tanto practicábamos en el patio del colegio.

Mientras se dedican a deshojar la margarita, viendo si le quiere o no, tenemos que el paro sigue siendo el tema que más preocupa a los de a pie. Tras la crisis la precariedad laboral se ha convertido en sistémica, los trabajadores sueñan con llegar a ser mileuristas y se siguen encadenando contratos temporales con una normalidad pasmosa.

Por si el trabajo no fuera preocupante el personal ve en con angustia su futurible jubilación. Con cotizaciones miserables las pensiones serán tan sumamente ridículas que serán notablemente insuficientes para vivir. Lo más preocupante no es la cuantía, que también, sino si el actual sistema de pensiones sobrevivirá a la llegada del babyboom, a nadie se le escapa que no habrá cotizantes para mantener las jubilaciones de esta generación.

Los jubilados actuales hace tiempo salen a la calle reclamando pensiones dignas para sus hijos y sus nietos, y también están preocupados por las personas dependientes. La Ley de dependencia, recibida con los brazos abiertos por los más débiles y sus cuidadores, sigue sin dotarse económicamente por lo que estas personas siguen al borde del abismo. Esta cuestión no lleva visos de resolverse.

Tampoco parece que nuestros políticos estén pensando en meterle mano a la eutanasia. Un ley que la regula debería contemplar demasiadas aristas, y hay demasiados intereses en juego para los que piensan más con el bolsillo que con el corazón.

Con el corazón o vaya usted a saber con qué parte del cuerpo piensan quienes no se les cae de la boca la maternidad subrogada. Para unos es vender bebés y tratar a las mujeres como incubadoras, para otros es formar familias. ¿Urge regular está cuestión para estar a la par que otros países?

Para formar familias deberíamos hablar de la conciliación laboral y es entonces cuando nos preguntamos ¿conciliar qué trabajo? O mejor aún ¿con esta inestabilidad laboral como vamos a formar una familia? Para formar a una familia hay que poder pagar una vivienda, con sueldos tan precarios ni Dios puede hacerlo. En este país hemos pasado de la burbuja inmobiliaria a la burbuja del alquiler. En vivienda todo el mundo se pone de perfil.

En una semana sabremos el resultado de las elecciones y los problemas que nos acucian seguirán siendo los mismos. Los políticos se dedicarán a pactar para sentarse en Moncloa, ¿y lo demás? Lo demás podrá esperar como siempre.

Galiana

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About Galiana

Escritora, bloguera, podcaster, enamorada de todo lo que huele y sabe a Cultura
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3 Responses to El domingo votamos

  1. Pingback: El domingo votamos – Manuel Aguilar

  2. Avatar de antoncaes antoncaes dice:

    No creo que el domingo de un bote de la cama para ir a votar. Ni siquiera sé si iré a votar, pero si lo hago no será dando botes ni de alegría, ni por las prisas. 😉

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