
Semáforos en verde, camino abierto, vía libre… Menos mal que el corsé de lo políticamente correcto todavía no lo censura todo.
Curiosamente arremeten contra Caperucita y cualquier asomo de erotismo en Facebook, pero ninguno de los mojigatos lobbies represores se ensaña contra primaverales y alegres exhibiciones de piel en las paradas de autobús.
¿Acuerdos clandestinos? ¿Cosificaciones toleradas? ¿Quien decide estos si y estos no? ¿Quien indica los objetivos a los modernos inquisidores?
Y que quede claro lo que quiero decir. Lo que deseo es que termine la dictadura de lo políticamente correcto.
La libertad es el bien más preciado, y ni las campañas de lencería ni Caperucita Roja dañan ni por asomo la dignidad de la mujer, cómo tampoco lo hacen tantas otras cosas que ya están prohibidas o van camino de ello.













Pasamos del nada al todo, para volver al nada. Los motivos son lo de menos, la causa es lo que jode.
Buen fin de semana.
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