En una tirada de dados

caíste en la vida negra,

desposeído y cautivo

vendiste tus ilusiones

en el mercado de especias.

Víctima de la mentira

te viste sin más alternativa,

que sortear tu exigua suerte

a los azares de la vida.

Pero la vida quiso devolverte la moneda.

Y así

casi muerto y mutilado,

renaciste sin quererlo

a la vida sin espejos,

embebido de ilusiones

y de sueños sempiternos.