El día despertó

inundado de pétalos blancos,

pétalos que viajaban

por los márgenes de las tierras desérticas.

 Las cuales

mutaban su aspecto

para convertirse en páramos

vestidos de madreselvas,

que cantaban al viento

melodías ocultas e indescifrables.

 Melodías que teñían el cielo

de fragmentos y letras

que bailaban sin descanso

formando ondas magnéticas,

atravesando astros y planetas,

para descender

suavemente,

hasta su impertérrita morada.

 @SaraRiveraGome2