Una de negociadores negociando

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Por fin ha llegado la semana en que los de a pie hemos visto a los políticos, que así lo han querido, sentados en una mesa negociando el pacto del que llevamos desde el 20D hablando. El dichoso pacto que tantos quebraderos de cabeza da no es sino la piedra angular sobre la que se debe asentar un gobierno de coalición con la suficiente fuerza como para sostenerse en el poder por cuatro años.

Muchas pretensiones hemos colocado en una sola frase, será que nos hemos levantado algo más optimistas que otros días, o tal vez que nos hemos inyectado en vena una dosis excesiva de buenrollismo.

La ciudadanía ha recuperado la esperanza, con solo la foto de las caras con sonrisa para la prensa de quienes se sentaban a la misma. Ésa que hace tiempo cambiamos por desesperanza, y que parecía había llegado para quedarse por mucho tiempo sin que nadie pudiera desbancarla a plazo corto.

Llegados a este punto es hora de dejarnos de utopías y volver al mundo real, que lo de vivir en “bambilandia” ya se lo dejamos a gente de la talla de Rajoy y compañía.

Sin ánimo de ser pájaros de mal agüero, de colgarnos el cartel de pesimistas ni de parecer catastrofistas, las incertidumbres en las que vive el país desde hace tiempo no están resultas con una foto de representantes de fuerzas políticas reunidos en la misma mesa demostrando tener buenas intenciones.

La política de salón está bien para salir en la foto, pero el dichoso postureo del que llevamos viviendo ni se sabe el tiempo es cansino. España necesita algo más que unas cuantas caras de políticos conocidos tratando de parecer cordiales antes de que los periodistas les dejen solos y se cierren las puertas.

Las negociaciones de los pactos han sido a cara de perro, de eso no tenemos dudas. Cada uno de los que se sentaron a la mesa ha buscado salir lo más favorecido posible. Se trataba de encontrar lo mejor para los españoles, cierto, pero como perfecto no es nadie ese tipo de cuestiones las han tenido que dejar para otra ocasión, ya que ahora tocaban otros temas de más enjundia.

Los negociadores llegaron con un acuerdo de máximos a la mesa. No vamos a negar que partían de la base de ceder lo mínimo en sus líneas rojas. Este tipo de acciones figura en el párrafo primero de la lección primera del manual del buen negociador.

La cuestión es que algunos de los acomodados a la mesa han hecho tanta ostentación de donde están sus límites que a la hora de rebajar el listón se las han visto y deseado para poder hacerlo.

A muchos de los negociadores no les ha quedado más remedio que envainarse más de una de sus pretensiones y aceptar algunas otras que en un principio eran impensables. Ahora toca justificar ante su electorado según qué tipo de asuntos, sin tener que explicar demasiado, pero aparentando que lo están explicando todo.

¡¡¡Menos mal que la sesión de investidura está a la vuelta de la esquina!!!

Galiana

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About Galiana

Escritora, bloguera, podcaster, enamorada de todo lo que huele y sabe a Cultura
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3 Responses to Una de negociadores negociando

  1. Avatar de marcosangulojavier clamorsegovia dice:

    Tenemos ya una sesión deno investidura, y más meses de tira y afloja.
    Me temo que el pacto progresista ha desaparecido.
    Con la izquierda hemos topado.

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