Seguimos a vueltas con la exhibición de poderío en la calle de Podemos. Los chicos de Pablo Iglesias continúan sacando pecho por la cantidad de personas que les siguen. No, no seremos nosotros los que neguemos que tienen poder de convocatoria porque seríamos unos idiotas si lo hiciéramos, las pruebas están ahí, son irrefutables.
La cuestión no es si tienen o no muchos seguidores, que los tienen. El intríngulis de todo consiste en saber ¿a toda esta legión de admiradores qué les están ofreciendo, si es que les ofrecen algo?
Pablo Iglesias se ha autodefinido como un Quijote, suponemos que del siglo XXI, porque en caso contrario la involución sería más que patente. Esta afirmación nos pone los pelos como escarpias porque de líderes hijosdalgos al estilo del personaje creado por Cervantes estamos más que saturados. De lo que de verdad estamos necesitados en este país es de “Sanchos” y despojarnos de una vez por todas de tanto populista demagogo televisivo que más que a Don Quijote se asemeja a un telepredicador, con todo lo que ello conlleva.
Por si lo del líder de Podemos no fuera para nota, que lo es, el Secretario de Participación de la formación morada, Luis Alegre, se queda como si nada cuando suelta por su boquita que el programa de la organización política se irá adecuado a las necesidades de los territorios según se tengan o no opciones serias de Gobierno.
Si le hemos entendido bien la cosa funciona de la siguiente manera: Territorio donde Podemos vaya a gobernar se saca de la chistera un conejo, si solo va a figurar que el truco de magia lo haga otro.
Susana Díaz ha pillado con el pie cambiado a Pablo Iglesias y los suyos con su adelanto electoral. Según las encuestas resulta que solo con su palabrería serían la tercera fuerza política, así que sean los socialistas andaluces los que gobiernen que ellos solo van a estar por allí para incordiar. De presentar un programa político para Andalucía con el color morado ya si eso.
Frente a esta actitud de dejar que otro cargue con la obligación de… ya que nosotros no estamos para desgastarnos y ser los segundones, en Madrid o Valencia la cosa cambia. Allí creen que tienen opciones de gobernar, lo cual no sería descabellado viendo lo que hacen el resto de formaciones políticas, por lo que Podemos va a presentar un programa político, cómo, cuándo, dónde y cuál es su contenido a día de hoy es un misterio que ni ellos mismos saben
Resumiendo, que algunas veces le damos demasiadas vueltas a un mismo tema y al final acaba resultando como la mierda, qué cuanto más se revuelve más huele. El programa de Pablo Iglesias se basa en la filosofía de Groucho Marx: «Estos son mis principios. Si a usted no le gustan, tengo otros». Aplicar estas ideas en la política española, en el momento actual, es sin lugar a dudas lo que más se necesita.
Galiana












Zas…zas…y zas!!!
Un gran artículo que me hace pensar seriamente de este batiburrillo actual.
Seguiremos viendo y soportando el baile político
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Asistiendo a una pelea de gallos
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Genial. Yo no habría dado con las palabras justas para llegar a las mismas conclusiones.
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Muchas gracias
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