En el PP se van aclarando las cuestiones relativas a los puestos que ocupará cada hijo de vecino en el año electoral tan complejo que tenemos por delante.
Rajoy ya ha designado a Carlos Floriano director de la campaña electoral, ya dirigió la misma en los comicios europeos. A Javier Arenas le ha sentado como una patada ahí mismo, no olvidemos que el señorito andaluz está como loco por ocupar un puesto de lo que sea una vez dejó de ser el eterno aspirante a ganar las elecciones en Andalucía.
Cospedal, como Secretaria General del partido, es la encargada de ir sondeando a los presuntos candidatos a las alcaldías. No sabemos si utilizará los métodos de Aguirre o tendrá el suyo propio. La actual Presidenta de Castilla-La Mancha no es tan poderosa como parece en Génova, ya que Rajoy se ha reservado el dedazo sobre Madrid y la cuestión está que arde.
Esperanza Aguirre se ha postulado lo que no está escrito para la alcaldía pero por mucho que diga: “A mí, a mí, Mariano, a mí” no parece que finalmente vaya a ser la elegida. A la lideresa de los populares madrileños se le ha pasado el arroz, la vez y todo lo que sea que se le haya pasado, pero que nadie la dé por muerta. Todos sabemos que es especialista en dar golpes de efecto y de aquí a que se designe el candidato definitivo puede ser que la lie de tal manera que Rajoy se vea obligado a hacer lo que no quiere hacer.
Con Aguirre medio aparcada las posibilidades de Cristina Cifuentes suben enteros. La cuestión está en saber si es del agrado o no de Rajoy el hecho que la madrileña se signifique lo que se está significando con sus acciones.
La que parece ha dejado de estar en todas la quinielas es la Vicepresidenta. Soraya Sáenz de Santamaría, la chica para todo del Presidente del Gobierno, aspira a ser algo más que la mandataría en Madrid y se las ha ingeniado para continuar moviendo los hilos en la sombra desde Moncloa a base de hacerle creer a su Jefe de filas que es ahí donde se la necesita. De momento va a quedarse donde está aunque con Rajoy nunca se sabe, por mucho que presuma de ser previsible.
Para sustituir a la Vicepresidenta ha surgido el nombre de Pío García Escudero, actual Presidente del Senado. No sabemos si su dedazo será para sustituir a Ana Botella, la cual ha dicho que deja la política definitivamente sin hacer “un Aguirre”, o para ocupar el sillón de Ignacio González en la Comunidad de Madrid, a quien parece ser le mandan definitivamente a disfrutar de unas merecidas vacaciones a su ático de Marbella.
Carlos Floriano tiene un complejo trabajo por delante coordinando una campaña electoral que promete ser cuanto menos guerrera. Por si el lidiar con un crecido Pedro Sánchez y un más que hiperpopulista Pablo Iglesias, no fuera moco de pavo, debe contener los egos desmedidos de Cospedal, Sáenz de Santamaría, Cifuentes, Aguirre eso no es moco de pavo.
En Génova se ha abierto la veda, todo el mundo intenta quedarse quieto porque, como dijo Alfonso Guerra, el que se mueve no sale en la foto.
Galiana











