Todos pendientes del duelo que se traen Mas y Rajoy, el uno que espera a que el otro esté distraído para astutamente colarle la convocatoria del referéndum, y el otro dejando pasar el tiempo para que se convierta en uno más de los cadáveres de sus enemigos que pasan por su puerta.
¡Qué vergüenza de políticos! Así de duro y sin paliativos, si éstos se llaman a sí mismos servidores públicos que venga Dios y lo vea, porque no se puede ser menos servicial a un pueblo y más servil a un ego.
La cuestión en Catalunya está poniendo de manifiesto algunas cuestiones que parecen pasar desapercibidas pero sin embargo son de una formidable importancia.
De un lado Rajoy ha demostrado que su inmovilismo lo aplica para todo, incluida la reforma constitucional que necesitamos más que el comer. La verdad es que aunque no nos guste ni un pelo esta actitud suya de inacción ante todos los temas, le está dando resultado y gracias a ella ha visto pasar el cadáver por la puerta de su casa de alguno que otro enemigo político, con lo que espera que el de Mas haga el paseíllo en breve.
Pero si la cuestión del inmovilismo nos perjudica a todos, no solo a los catalanes, el tema del “mieditis aguditis”, del “canguelo” a escuchar la voz del pueblo es cuanto menos para nota.
¿Tan complicado sería en consenso con las formaciones políticas parlamentarias crear unas Cortes Constituyentes, modificar nuestra Carta Magna donde las CCAA como Catalunya tenga una singularidad especial?
La Constitución del 78 se nos ha quedado pequeña en casi todos los aspectos, cuanto antes entendamos este tipo de cosas mucho mejor. Cambiemos lo que ya no funciona, no a golpe de Decreto de Ley que es como está gobernando Rajoy, o a fuerza de intentar imponer la voluntad de unos pocos como quiere Mas, dejemos que el pueblo, sí, la ciudadanía, se manifieste en las urnas.
Dejando que el pueblo hable habremos ganado entre 25 y 30 años de estabilidad, que no es moco de pavo. Durante ese tiempo se tendrán que acallar muchas bocas porque si de un puñetera vez entendemos que la democracia es la asunción de lo que digan las mayorías, más de uno tendrá que meterse el rabo entre las piernas.
Llegados a este punto de la cuestión ¿se atreverá Mas a sacar las urnas a la calle sin atenerse a la legalidad solo por tocarle las narices a Rajoy? ¿Osará el Presidente del Gobierno aplicar el art. 155 de la Constitución y desestabilizar con ello el país entero?
La cuestión no está en saber cómo los egos de dos cabezas huecas nos han metido en semejante lío, sino como salimos del mismo con la cabeza alta y demostrando que somos demócratas por encima de todo.
Galiana












Las dos cabezas huecas que no tienen ni idea de los es ser servidores públicos, ni idea.
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Ni puñetera idea
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