Lo que nos gusta a los españolitos estar permanentemente mirando lo que hace el vecino, y si al concepto español le añadimos el de político tenemos como resultado que convertimos una persona de cierta coherencia en una perfecta envidiosa inútil.

La irrupción de Podemos en política ha supuesto una sacudida para todos. Su filosofía está basada en el populismo, ése en el que una mayoría parece confiar para salir de la crisis. Parece confiar porque ya sabemos que el personal a la hora de meter la papeleta en la urna tiene tendencia a marcarse “una veleta” de las que hacen época.

Pablo Iglesias y los suyos sacaron tajada los pasados comicios europeos y eso ha escocido y mucho, sobre todo a quienes siempre han manejado el bipartidismo en este país.

El PP lo ve como un enemigo, pero no uno de ésos contra los que hay que combatir, con demonizarles les vale. De lo que no parecen ser conscientes es que con tanto hacer ver a sus votantes que son de la piel de Barrabás no se les caen de la boca, y en política, como en todo, el boca/oreja funciona más que llenar la calle de carteles con la imagen del candidato.

En el PSOE no le andan a la zaga en cuanto a tratar el tema Podemos. Los que aún no terminan de aceptar que sus días de gloria pasaron y que Pedro Sánchez significa llenar Ferraz de aire nuevo, lo de para bien o para mal solo el tiempo lo dirá, no paran de darle vueltas a Pablo Iglesias. Alguien debería recordarles aquello de que la mierda cuanto más se remueve más huele, y los socialistas ya nadan en el fango desde hace tiempo.

Si hay una formación que se lleva la palma en esto de hacerle el juego a Podemos es IU. Los medios de comunicación que trastocan las encuestas más que el CIS, y ya es decir, les han metido en la cabeza que están perdiendo poder entre los suyos. Alberto Garzón, que para según qué tema es un iluminado o todo lo contrario, ha decidido darle la mano a Pablo Iglesias para salvar a su formación de las calderas de Pedro Botero. Alguien debería decirle que demuestra una inocencia demoledora si cree que unirse a los recién llegados le va a dar rédito alguno entre sus votantes.

Al hablar de IU hemos mencionado la bicha. Los medios de comunicación tienen mucho que ver en esto de que no vayamos ni a cagar sin Pablo Iglesias.

Por si el personal no lo ha notado, la bipolaridad de la política también reinaba en la prensa, sobre todo la escrita, pero desde que la crisis nos igualó a todos en la pobreza, las grandes cabeceras se han convertido en gacetillas que le hacen la ola al primero que pasa. Las televisiones, que siempre han sido muy cucas, aprovechan la caída de la prensa escrita para bombardearnos a todas horas con debates políticos donde la filosofía griteril y barriobajera de “Sálvame” se va imponiendo.

Lo dicho, Podemos está en boca de todos, y hasta nosotros hemos caído en la tentación de hablar de ellos en el día de hoy.

Galiana