Ha comenzado el curso de la aplicación de la LOMCE y, tal y como estaba previsto, el desconcierto y el desorden se han apropiado de las aulas mucho más que al inicio de otros cursos escolares.

La LOMCE supone un cambio en el sistema Educativo brutal, complejo y completo. Una involución de por lo menos una década gracias a una Ley retrograda, clasista, que sitúa la Educación de nuestros hijos a niveles de la postguerra.

Por partes, que luego se nos acusa de hacer demagogia sin demostrar lo que decimos.

La Ley Wert supone cambios en cuanto a las materias a impartir. La famosa asignatura de Conocimiento del Medio ahora son dos, las Sociales y Naturales de quienes estudiábamos EGB, con lo que suena complicado impartir dos asignaturas con un único libro de texto, sobre todo en aquellas CCAA que no pueden permitirse aplicar la Ley por falta de recursos.

Sigamos con las asignaturas, donde unas son borradas de un plumazo y otras ensalzadas como en los tiempos de Maricastaña. Educación para la Ciudadanía ha pasado a mejor vida, porque eso de enseñar a los niños que el machismo mata o a respetar en valores va a ser que no es importante. La asignatura de Religión vuelve a ser computable en el expediente académico, cierto que si uno pasa de Religión puede estudiar Valores Cívicos cuyo contenido es un misterio.

La LOMCE impondrá por primera vez para los alumnos de 3º la famosa Reválida, que quienes rondan 70 años recordarán como aquello de: “Yo estudié hasta 4º y Reválida”.

Por si esto no fuera ya de suficiente envergadura como para convertir las aulas en un desbarajuste brutal, viene la segunda parte. La dotación presupuestaria para aplicar la LOMCE es irrisoria, ridícula e impensable en todo país que apueste por la Educación.

11 CCAA, incluidas 6 gobernadas por el PP, no tienen dinero suficiente para poner en marcha la Ley Wert y el Estado se hace “el sueco”, con lo que han dicho claramente que no van a poner la LOMCE en funcionamiento por falta de parné.

Para los que les gustan los números, la inversión en Educación ha pasado del 4,37 al 3,9% del PIB lo que significa un recorte feroz en esta materia, con la consiguiente recarga para las Familias. Respecto de este tema Pedro Sánchez desde Ferraz propone que la inversión del PIB sea del 7%, lo cual aplaudimos. La Educación, en contra de lo que piensan en el Gobierno y en el PP, no es un gasto, es una inversión.

La Ley Wert se aprobó gracias a la mayoría absoluta del PP que le permite hacer lo que le sale del bolo, teniendo en contra al conjunto de la Comunidad Educativa y al resto de formaciones políticas. Lo de que tenga los días contados es algo que está en boca de todos, pero mientras no se llegue a un Pacto Social y Político en Educación y el PP deje de estar en Moncloa va a ser complicada su derogación.

La Reforma en Formación Profesional o el asunto de las Becas las dejamos para otro momento, porque ahí hay mandanga de la buena.

El curso escolar ha comenzado, que los dioses protejan a nuestros hijos y ayuden a las Familias a soportar la LOMCE.

Galiana