La designación del candidato a la alcaldía de Madrid por el PP deja en pañales a Juego de Tronos, y por si el asunto no traía la cola suficiente la imputación por desobediencia a la autoridad de Esperanza Aguirre tras su incidente de tráfico el pasado mes de abril lo complica todo un poco más.
La lideresa del PP de Madrid en la retaguardia, eso al menos dice ella, estaba contando los días para que una vez Ana Botella dijera: “Señores, hasta aquí he llegado, me voy a mi casa que esto de ejercer de Alcaldesa de los madrileños me aburre soberanamente” ponerse a maquinar. En el PP esto de que Aguirre dé un paso al frente como que no les parece, pero la lideresa es mucha lideresa y todavía tiene poder y “amigos” en el partido.
Una de las más firmes opositoras a no aplaudir la candidatura a la Alcaldía de Madrid de Esperanza Aguirre es Dolores de Cospedal. La Secretaria General del PP, Consejera de Transportes e Infraestructuras con Aguirre, es de las que tiene el rencor por bandera y su salida del Gobierno de la Comunidad de Madrid le sentó a cuerno quemado. Desde entonces cada vez que se cruza por los pasillos de Génova con la Expresidenta vuelan los cuchillos.
Cospedal es ambiciosa, tanto o más que Aguirre, y ser la Presidenta de Castilla la Mancha se le queda pequeño, aspira a algo más. Tiene sus ojos puestos en una cartera ministerial, pero dado que Rajoy no está por la labor de hacer cambios en el Gobierno la cosa parece harto complicada.
Para poder ocupar un puesto en el Consejo de Ministros no se le ha ocurrido otra cosa que susurrar al oído del Presidente del Gobierno, que Soraya Sáenz de Santamaría estaría muy favorecida como Alcaldesa de Madrid. Rajoy está echando cuentas. La Vicepresidenta tiene demasiados enemigos dentro de Moncloa, y sus compañeros de gabinete la acusan de no tener agenda, lo que viene siendo “no dar ni chapa”.
A la Vicepresidenta lo de ser candidata a la Alcaldía de Madrid le sienta como una patada ahí mismo, pero como es mujer de partido hará lo que le diga Rajoy con una amplia sonrisa aunque entre dientes se esté acordando de la madre de alguno o alguna. Ojo con esto, como Cospedal sea nombrada Vicepresidenta del Gobierno en Génova el espectáculo en los pasillos va a ser digno de verse.
Por si el tema entre Aguirre, Cospedal y Sáenz de Santamaría no fuera para nota, que lo es, se les une una cuarta en discordia. Cristina Cifuentes es de ésas a las que el poder le pone hasta las trancas, y su puesto de Delegada del Gobierno en Madrid como aperitivo le parece bien, pero quiere comerse el menú completo.
¿Tres mujeres por un puesto? Compliquemos la cosa y digamos que para dos.
Para embrollar aún más el asunto Ignacio González se está postulando a seguir siendo el Presidente de la Comunidad de Madrid, en Génova ya le están diciendo que vaya recogiendo los bártulos, y él no para de decirle a Rajoy que vale para el puesto, aunque sus actuaciones y los números de la Comunidad madrileña digan otra cosa.
Lo dicho, para que vamos a esperar que George R. R. Martin publique el 6º libro de Juego de Tronos, si con las guerras de poder en Génova tenemos más que suficiente.
Galiana











