Desde el 75 que murió el Dictador, y tras 40 años de represión franquista, los españolitos hemos tenido tiempo más que suficiente para sacudirnos de encima el machismo rancio y retrógrado que tan a fuego grabó en la sociedad española.
Han pasado casi cuatro décadas y la sociedad española ha avanzado poco, o nada, en lo que a machismo se refiere empezando por un Gobierno donde este comportamiento reina en la mesa del Consejo de Ministros, por mucho que a la Vicepresidenta se le revuelva el estómago cada vez que escucha a sus compañeros de gabinete.
A quienes han conseguido salir de la religión del machismo el empecinamiento de Gallardón por tutelar la maternidad con una Ley de Aborto, (ya veremos si finalmente sale adelante) decidiendo cuándo, cómo y dónde las mujeres deben tener los hijos, les provoca vómito intelectual sin paliativos.
Por si la misoginia que Gallardón demuestra por las mujeres no fuera para nota, que lo es, tenemos la de Fernández Díaz que la supera con creces.
Para el Ministro de Interior una mujer violada no es una víctima de un delito de agresión sexual, es la provocadora del mismo. De su boca es cierto que estas palabras no han salido, pero cuando desde el Ministerio del que es titular le dan a las mujeres normas para prevenir una violación lo que se está haciendo es culpabilizarla de la misma, a la vez que disculpan al hombre por querer saciar sus instintos básicos al darle a la mujer lo que va buscando con su actitud incitadora.
Pasaremos por alto la barbaridad que dijo Arias Cañete en la pasada campaña electoral europea por aquello que ya no está en el Gobierno, pero es otro que piensa que las mujeres son floreros decorativos y poco más.
Para los que crean que esto es un alegato feminista donde se crucifica a los hombres, traigamos a colación a algunas de las Ministras, que tampoco es que hagan campaña por las mujeres.
Báñez no ha dictado ni una sola norma sobre la conciliación laboral/familiar, con lo que todo eso significa para las mujeres. Tampoco intenta equiparar la desigualdad salarial entre hombres y mujeres. Total, ella cobra un sueldazo y lo que les pase a las demás ni le va ni le viene. Eso sí, ha hecho una Reforma Laboral mediante la cual la Tasa de Desempleo femenina se ha incrementado bastante más que la masculina, y lo de tratar de arreglarlo ya si eso.
A Ana Mato, Ministra de Bienestar Social, la escalada que vivimos de mujeres asesinadas a manos de sus maridos o compañeros sentimentales se la trae al pairo. Si le importara lo más mínimo no habría recortado de forma tan brutal las ayudas y subvenciones para las Casas de Acogida para Mujeres Maltratadas, ni en medidas de protección a las mismas.
Éste es el Gobierno que tenemos, luego nos extrañamos que seres de la catadura moral del Alcalde de Valladolid, León de la Riva, diga las barbaridades contra las mujeres que dice.
Galiana












No recuerdo quién fue el que dijo que «llegado al punto de la violación, lo mejor que puedes hacer es relajar la vagina para no producir desgarros mayores»… A la altura de «una mujer debería saber por qué calles debe andar sola a las 6 de la mañana»… ¿Hola?
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Culpables? Las mujeres siempre. Un saludo
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