No podíamos terminar la semana sin hablar de Catalunya, el culebrón del independentismo no tiene visos de llegar a una solución, mucho menos consensuada, con lo que ya veremos cómo salen unos y otros del lío en el que estamos todos metidos.

Para empezar, los daños colaterales en el PSC son como para que los socialistas se echen a temblar. Pere Navarro lo intenta, no vayamos a negar que buena voluntad le pone, pero las dimisiones son un goteo constante. Esta vez en Girona, y con su Presidente Joaquim Nadal a la cabeza, nada menos que 10 miembros de la ejecutiva le han dicho “ahí te quedas” al líder de los socialistas catalanes.

Sin tomar partido por unos o por otros, lo cierto es que es muy duro haber pasado de ocupar cargos en toda Catalunya hace cuatro años a casi desaparecer del mapa. No todo el mundo tiene estómago para digerirlo, y así le va al socialismo, no solo al catalán. Quien más quien menos quiere un PSC con fuerza, pero en lugar de remar todos juntos en la misma dirección han decidido que lo mejor es tirar cada cual para un lado, con lo que el tema del independentismo les parece la excusa perfecta. Política cainita sin más, y que cada cual entienda lo que quiera.

Todo este maremágnum en la política socialista de Catalunya favorece sin lugar a dudas a Mas y los suyos porque cuanto peor esté el PSC mejor están ellos. Alicia Sánchez-Camacho, la lideresa del PP en Catalunya, no es rival para nadie, cosa que saben hasta en Génova.

Aquí hay para todos.

Carme Forcadell, Presidenta de la Asamblea Nacional Catalana, le ha cogido gustillo a esto de ejercer de lideresa del Independentismo, y en cuanto huele que Mas y Rajoy pudieran tener alguna clase de acercamiento -todo postureo, que nadie piense que es real- amenaza con tomar los aeropuertos. Ella quiere marcar los tiempos en esto del soberanismo, y el resto parece que bailan al son que ella toca.

En Catalunya toca posicionarse, y aunque en algunos sectores van dejando la cuestión para mañana por aquello de no pillarse los dedos, los Sindicatos mayoritarios han dado un paso al frente. UGT y CCOO defienden una España federal, con lo que se alinean sin tapujos con la Generalitat, ahí es ná! No hablaremos de las discrepancias entre las cúpulas sindicalistas nacionales y las catalanas porque en esta cuestión tampoco hay unanimidad alguna.

La verdad es el dichoso referéndum y sus derivadas nos están deparando no pocas sorpresas. Celebrarse no sabemos si se celebrará porque la apuesta es muy alta, y de aquí al 9 de noviembre queda mucho camino por recorrer, demasiadas puñaladas por la espalda, más de un cadáver por enterrar, poca limpieza debajo de las alfombras, y sobre todo mucha mierda por salir a la luz cuando se entre en la fase del “y tú más”.

Galiana