Son Fallas en Valencia y tocaría felicitar a los Joses, Josefas, Pepes y Pepitas, pero desde que el día según donde vivas ha dejado de ser festivo como que se ha descafeinado eso que de niños conocíamos como “el día del Padre”.
Dejando a un lado lo de la movilidad de las fiestas y el caos que ocasiona que cada CCAA vaya por libre incluso en temas como estos conviene centrarnos en lo que de verdad importa. Por cierto, al Gobierno se le llenó la boca con eso de trasladar los festivos a los lunes pero ya sabemos que Rajoy y los suyos son bastante dados a hacer justo lo contrario de lo que dicen.
A Fernández Díaz, el Ministro de las concertinas en las vallas de Ceuta y Melilla, le llueven los palos por todas partes. El titular de Interior, abanderado de la religión que proclama eso de “a Dios rogando y con el mazo dando” sufre en sus carnes las decisiones del Consejo de Estado.
El borrador de su Ley de Seguridad Ciudadana ha sido rechazado por el Consejo de Estado. Por partes, que luego el Ministro se nos pone en plan llorica porque su proyecto estrella ha recibido un estacazo de enormes dimensiones.
El Ministro de Interior pensó que podría hacer una “Ley mordaza” sin mucha complicación. Su ejemplo a seguir es Gallardón, que hace lo que le da la real gana, véase la Ley del Aborto o el Proyecto de Código Penal. Lo que olvidó Fernández Díaz es que vivimos en una democracia, en el siglo XXI, y eso de suprimir derechos y libertades no es tan fácil como cree.
Podemos entender que al Ministro todo lo que sea que los ciudadanos tengan voz le moleste, sobre todo cuando le gritan en los actos a los que acude por la pésima gestión que está realizando en el Ministerio, podemos comprender que no le guste ver al personal saliendo a la calle para protestar contra los recortes que sufrimos desde que Rajoy está en Moncloa, pero lo que él no entiende es que los ciudadanos estamos para eso.
Al Ministro de Interior le molesta “el ruido” de la calle, y eso que la ciudadanía no hace ni la mitad de lo que debería hacer, y pretende apagarlo a base de “insert coin”.
El Consejo de Estado ha dicho que va a ser que no. Que no se pueden elevar tanto las sanciones por desordenes públicos, que es una pasada endurecer de ese modo el control de las manifestaciones y las concentraciones, que multar a las lumis no es la solución para acabar con la prostitución, o que 30.000 euracos por insultar a un policía está proporcionado.
El varapalo que se ha llevado el Ministro “castrador” de los ciudadanos suponemos que le hará ir a poner velas a los santos de los que es tan devoto, empezando por San José que para algo hoy es su día.
Galiana











