Acabamos la semana con el PP dividido, y no precisamente por el tema de la Ley del Aborto de Gallardón donde la disciplina de partido ha inflado el ego del Ministro de Justicia hasta donde no está escrito.
En Génova las aguas bajan turbias a colación de la guerra que ha estallado en Andalucía con el tema de elegir al nuevo Presidente del PP andaluz en sustitución de Juan Ignacio Zoido.
De todos es sabido que en el PP la Democracia no entra en sus planes a la hora de elegir candidato, no olvidemos que Rajoy fue elegido por Aznar mediante la “dedocracia”, y Andalucía no podía ser una excepción.
Cospedal y el actual Alcalde de Sevilla decidieron apostar por el Secretario General de los populares en Andalucía, José Luis Sanz, pensando que tenían poder para eso y para más. No contaron con que la sombra de Javier Arenas es alargada y, aunque parece que está fuera de todo ha sabido darle una voltereta a la Secretaria General del PP.
Rajoy y Sáenz de Santamaría le han dado un ¡zas! en toda la boca a Cospedal y sus aspiraciones imponiendo a Juan Manuel Moreno Bonilla, actual Secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, para liderar el PP andaluz.
Cospedal una vez más se va con el rabo entre las piernas. La verdad es que esta mujer hace lo imposible por demostrar que tiene poder pero quizá los negocios poco claros de su marido, Juan Ignacio López del Hierro, le pasan factura e impiden que se consolide por mucha prepotencia y soberbia que derroche allá por donde pasa.
El golpe de mando de poder de Rajoy en Andalucía por lo menos viene a demostrar que de gobernar el país no tiene ni puñetera idea dado que tomar decisiones no entra en sus planes, pero en lo que se refiere a su partido sigue teniendo las riendas y controla más de lo que aparenta.
En Andalucía la guerra está servida, las consecuencias se silenciarán con sordina como todo lo que pasa en el PP, pero ellos son así, más de lavar los trapos sucios en casa que de exponerlos a la luz.
Respecto de no airear las vergüenzas, a Esperanza Aguirre le gusta señalar con el dedo a quienes se apuntan a esto de la “dedocracia” como si ella nunca hubiera utilizado este método. Alguien debería decirle que el actual Presidente de la Comunidad de Madrid no fue elegido en las urnas sino por su dedo y eso la invalida para acusar a Arenas de jugar a la “dedocracia” en lugar de a la Democracia dado que ambos calzan el mismo gorro.
Es San Valentín, Día de los Enamorados, en el PP están para pocos enamoramientos, más bien a punto de celebrar la matanza de San Valentín
Galiana











