El Gobierno de Rajoy si monta un circo le crecen los enanos y por mérito propio. La caterva de Ministros está resultando de una incompetencia tan manifiesta que es imposible decantarse por alguno en concreto, desde Gallardón a Wert, pasando por Mato, Báñez o el mismísimo Rajoy.
En este conjunto de incompetentes no podemos dejar de mencionar a Fernández Díaz. El Ministro de Interior, visto que no tiene lío en el despacho una vez ETA abandonó las armas, a su manera, y como no sabe cómo justificar sus horas de trabajo ha decidido hacer de la inmigración ilegal su caballo de batalla.
La idea en principio podría parecer maravillosa, pero como los dos años de legislatura avalan, donde el ministro del ramo pone el ojo que el mundo tiemble porque en lugar de solucionar los problemas, éstos se multiplican de forma exponencial gracias a sus decisiones.
Fernández Díaz decidió que esto de que los subsaharianos se cuelen por Ceuta y Melilla en manadas no se puede consentir, así que se ha propuesto no hacer una ley que regule las mafias que trafican con personas en la frontera, no, eso no que es un quebradero de cabeza, directamente ordena poner medidas disuasorias.
Empezó con las famosas “concertinas” que sajan el cuerpo del valiente que salte por encima, pero las situaciones en África son tan tremendas que no hay cuchilla que detenga al que busca salir de la pobreza.
Pero no solo por tierra tratan de pasar la frontera, el mar y las famosas pateras llevan años en funcionamiento.
En el mar Fernández Díaz ha visto que con mandar a la Guardia Civil puede contener la inmigración ilegal. La orden, a colación de cómo se están desarrollando los acontecimientos, es que vale todo para evitar que llegue ningún inmigrante a la costa.
No sabemos si el Ministro, con esa humanidad de la que hace gala en este asunto, ha prometido un plus a quienes tratan de controlar que la inmigración por mar no sea efectiva, pero el caso es que parecemos un país salvaje y atroz.
En la última acción, por la que suponemos se darán las oportunas explicaciones en el Congreso, la Guardia Civil ha lanzado pelotas de goma y gases lacrimógenos contra personas que sin saber nadar trataban de entrar en nuestro país a nado desde la playa del Tarajal de forma ilegal una vez habían sido interceptados por tierra. Como consecuencia de esta monstruosidad más de 10 personas han perdido la vida, y eso que no contabilizamos los cuerpos que el mar se llevó por delante una vez se inició la contienda.
Alguien debería decirle al Ministro que el problema de la inmigración no se soluciona de esta manera, que en lugar de atacar a las personas que buscan una oportunidad sería mejor ir contra las mafias que llevan años traficando con las esperanzas de quienes no tiene nada y creen que llegar a nuestro país es su salvación.
Fernández Díaz debía dejarse de tanta misa de domingo, de tanto encomendarse a los Santos y recuperar su humanidad porque quienes tratan de venir a nuestro país por encima de ser inmigrantes son personas, y como tales tienen una serie de derechos que no se puede saltar cada vez que le dé la real gana.
Galiana











