Congreso Nacional del PP, o la cuestión del liderazgo de Rajoy

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La semana se presenta agitada porque la declaración de la ciudadana Cristina de Borbón en los Juzgados de Palma casi lo eclipsa todo, pero no adelantemos acontecimientos que diría Rajoy.

El pasado fin de semana asistimos a un bochornoso espectáculo. Bochornoso porque cuando un partido político, con independencia que esté o no en el Gobierno, convoca a los suyos para aplaudirse por lo bien que lo están haciendo no se puede calificar de otra manera. Bueno, tal vez sí podríamos emplear aquí la tan manida expresión hacerlo “a la búlgara” que viene a decir que nadie se sale de la fila, que todo el mundo acata la disciplina de partido, y que todos están a partir un piñón con lo que diga el líder.

Para empezar negamos la mayor, llamar a Rajoy líder no es un buen comienzo porque lo que se dice dotes de liderazgo no ha demostrado tener nunca. Vale que eso le permita salir airoso de las crisis y mantenerse donde está, -como en el famoso Congreso de Valencia donde Camps y Barberá apostaron por él para sacar tajada y ya sabemos cómo ha terminado el asunto, por lo menos para el Expresident de la Generalitat Valenciana-, pero lo hace a base de cantar la canción del Dúo Dinámico “Resistiré”.

Volviendo al tema que nos ocupa, el Congreso Nacional del PP en Valladolid, y el como nadie abrió el pico para decir a las claras que eso de querer seguir engañando a la ciudadanía desde Moncloa con datos macroeconómicos es una falacia que ya no cuela.

Por si esta engañifa no hubiera sido suficiente, hubo temas que estaban directamente fuera de agenda y que para nuestra desgracia no son temas internos del partido, como pudiera ser el asuntillo que se traen con Bárcenas y los dichosos pagos en B.

En Valladolid no se habló del Aborto por no molestar a Gallardón y a toda la caterva de seguidores de la derechona rancia y descatalogada que aún pervive en el PP. Tampoco se mencionó la política antiterrorista, pero la ausencia de Mayor Oreja y las declaraciones previas de María San Gil caldeando el ambiente ya fueron suficientes. Ni que decir tiene que el tema catalán no entraba en la agenda más que nada porque a Rajoy le incomoda sobremanera y no es cuestión de meter los dedos en la llaga.

La cierto y verdad es que por mucha imagen que quiera dar el partido que gobierna de unión, de remar en la misma dirección, las voces disidentes son cada vez más difíciles de contener.

Pensar que en el PP podrían hacer “un UCD” dadas las significativas fugas a VOX (partido político de Ortega Lara), las maquinaciones para derrocar a Rajoy de Aznar y demás líos bajo cuerda que se traen personajes de la catadura de Esperanza Aguirre, entra en los planes del PSOE y del resto de partidos en la Oposición porque en este país nos gusta apuntarnos a eso de ver pasar el cadáver del enemigo. En Génova lo saben, y aguantan prietas las filas porque les pesa todavía mucho que la desunión les mantuviera lejos del poder durante la friolera de 13 años, y porque saben que aguantar les mantendrá en la pomada aunque el liderazgo de Rajoy sea inexistente.

Galiana

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