Regresando de Davos

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Terminamos la semana regresando de Suiza. No, no fuimos a esquiar, asistimos al Foro Económico Internacional de Davos. Allí hemos sido conscientes que la vida sigue igual como en su día cantó un famoso cantante español.

La Comunidad Internacional está empeñada en hacernos creer que de la crisis salimos en cero coma, en la misma línea que Rajoy y su Gobierno, y como muestra del “todo va bien” han incluido en su orden del día temas aparcados como el cambio climático. Alguien debería decirles que eso de agarrarse a un clavo ardiendo para pregonar que hay luz al final del túnel ya no cuela.

No vamos a entrar en la vergonzosa y ridícula representación española en dicho Foro Internacional. No es que la presencia de Rajoy le hubiera dado un toque más chic porque todos sabemos que el Presidente del Gobierno lo que se dice moverse en los foros internacionales no es lo suyo, pero de ahí a enviar a Ana Botella, Xavier Trías o al Ministro Soria va un abismo. Se supone que los países a este tipo de eventos envían lo mejor de cada casa, y viendo el panorama somos conscientes que de donde no hay no se puede sacar y es tontería intentarlo.

Dejando a un lado este tema, que ya es, en Davos nos han vendido una recuperación económica que el personal no nota ni va a notar a corto plazo, pero eso a ellos se la refanfinfla. Saben que usando la palabra crecimiento económico el personal les hace la ola sin pararse a leer la letra pequeña, que es donde está la trampa siempre.

Cierto que quienes controlan el cotarro saben cómo vender lo invendible, pero aquí no se trata de llevarse el premio al mejor agente de ventas sino en hacer que caiga maná del cielo en pleno desierto para miles de familias que, al menos en este país, han ingresado en el umbral de la pobreza gracias a esta crisis devastadora.

En lo que respecta a España el FMI dice que creceremos un 0,6. Por cierto, algo menos de las previsiones del Gobierno, pero crecimiento al fin. Seamos serios, que el personal no tiene qué llevarse a la boca y pretende hacernos creer que esa miseria es sinónimo de prosperidad. Con un crecimiento de seis decimas no vamos a ninguna parte. No se genera empleo, que es la raíz de todos nuestros males, ni disminuye el endeudamiento de las familias consecuencia de la falta de trabajo.

En el Foro Internacional de Davos la Comunidad Internacional ha vuelto a vender humo, pero va a ser que los españolitos necesitamos algo más que palabras, fe y esperanza.

Lo dicho, regresamos de Davos con las manos vacías, tal y como nos fuimos. Eso sí, la Alcaldesa de Madrid, el Alcalde de Barcelona y José Manuel Soria podrán poner en sus currículum respectivos que estuvieron allí dando conferencias con su inglés macarrónico, representando como nadie a la “Marca España” y tratando de vender al mundo que somos un país en crecimiento.

Galiana

 

 

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Escritora, bloguera, podcaster, enamorada de todo lo que huele y sabe a Cultura
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2 Responses to Regresando de Davos

  1. Somos un país en crecimiento a la inversa, y nos vamos a dar una ‘galleta’ (póngase la palabra que se quiera) que no nos va a salvar ni dios

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