Entre el Gobierno y Catalunya la situación podríamos decir que es más que tensa. Rajoy no está por la labor que el pelagatos de Mas le marque la agenda, y el catalán sabe de antemano que el pulso está perdido pero hará lo que sea por llevarse por delante en su caída a quién sea, y si es el Presidente del Gobierno, mejor.

A Rajoy el tema del referéndum catalán le suena a coña marinera y le presta atención la justa, convencido que el asunto no pasará de una llamada de atención por parte del President de la Generalitat.

Artur Mas sabe que el tema no llegará al final, de ahí que haya declinado ir a defenderlo al Congreso personalmente como ya hiciera Ibarretxe con el mismo para lograr el independentismo del País Vasco, y, como el órdago es de tal calibre, es plenamente consciente que dejará de ser President en los siguientes comicios.

En este orden de cosas los ciudadanos asistimos como convidados de piedra en un tema que nos afecta como al que más, aunque no lo parezca. ¿A alguien se le ha pasado por la cabeza qué pasaría si Catalunya fuera un Estado independiente? ¿Qué esa posibilidad no se contempla?, bueno, tampoco nadie predijo muchas otras cosas que están sucediendo en este país y nos vemos como nos vemos.

El tiempo dirá cómo termina esta lucha de poder entre Moncloa y Catalunya, y las consecuencias que tiene para Rajoy y Mas todo este tinglado.

Los que de momento ya están sufriendo en sus carnes el vendaval del independentismo catalán es el PSOE.

Rubalcaba que se las prometía tan felices dedicado solo a sus Primarias, lo de hacer Oposición es algo que no entra en sus planes pero todo no se le puede pedir porque algunos no dan de sí para tanto, y el tema de la aprobación del referéndum le ha estallado en toda la cara.

Cierto que se lo veía venir y se fue a hacer las paces con Pere Navarro, a prometerle no sabemos qué cosas una vez que llegara al poder, pero va a ser que las palabras se las lleva el viento y algunos socialistas catalanes se han saltado eso que se llama la disciplina de partido decidiendo que el tema del independentismo es algo de conciencia y no de partido.

El PSC ha saltado por los aires. Joan Ignasi Elena, Marina Geli y Núria Ventura han hecho la guerra por su cuenta y ahora todos van de cabeza para reparar el “siete” que han hecho estos tres diputados entre los socialistas catalanes alegando que “era una situación muy difícil pero teníamos que hacerlo por fidelidad al pluralismo democrático, para defender el pluralismo del PSC”.

Elena Valenciano, que gusta ser el perejil en todas las salsas, es partidaria de respetar el pluralismo de los disidentes del PSC. Esa falta de memoria que tienen algunas, convendría recordarle a la política valenciana que saca las uñas cada vez que alguien se marca “un Tomás Gómez” que es un primor.

La verdad es que Artur Mas ha conseguido que las aguas bajen turbias tanto para Rajoy y los suyos, como para los socialistas y sus “primos hermanos” del PSC. Tiempos convulsos nos aguardan en este peculiar “Juego de Tronos” a la española.

Galiana